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"DESDE EL ICAMI"

"Delegar para dirigir"

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DESDE EL ICAMI
20/11/2016 23:54

    Una de las tareas principales para los jefes es atreverse a delegar. Esta aparente y simple tarea es para muchos emprendedores su principal problema. Me atrevo a decir que en este escenario el delegar es sinónimo de crecimiento; y además significa ser capaz de dirigir múltiples actividades. Si se logra la delegación de autoridad y funciones, entonces la descarga de actividades para quien dirige es evidente.
    El emprender un negocio propio es el sueño de muchas personas quienes ordinariamente buscan administrar su propio tiempo y lograr independencia financiera. Es justamente en esta fase de la creación donde se pierde parte del objetivo específico del emprendedor. Ahora que el negocio empieza a crecer, la carga de trabajo viene con mayor intensidad llevando consigo el poner en segundo plano el propósito original.
    La introspección es una excelente herramienta en cada una de las etapas de crecimiento. Si bien es cierto que ya dejamos un trabajo agobiante y muy seguramente estamos viendo dividendos, también lo es que en el corto plazo estaremos con más compromisos de toda índole. Ahora sí, ¿ya es momento de delegar? o ¿nos tardamos en tomar la decisión?
    Siguiendo con las preguntas: ¿Cómo le hacen otros empresarios para administrar no solo uno, sino múltiples negocios? o ¿me regreso a mi antiguo trabajo? “Delegar el trabajo siempre funciona, siempre que el que delega el trabajo también trabaje”, Robert Half.
    Después de haber iniciado un par de proyectos personales me queda claro que el ser exitoso o enfrentar el fracaso nunca va a depender de una sola persona, esto es el resultado de trabajo en equipo cuyo responsable debe saber cómo empoderar a su gente y reconocer en estas personas sus propias debilidades.
    Delegar no es simplemente una función directiva, delegar es un arte. De acuerdo a la real academia de la lengua española la palabra “arte” es definida como “virtud, disposición y habilidad para hacer algo”.
    El ganar-ganar es resultado de un  ejercicio de delegación donde se plantea una situación correctamente. Un caso típico de éxito relativo es la historia de aquel joven emprendedor quien funda su propia empresa y en lugar de disfrutar ese logro vive estresado sintiéndose responsable de todo lo que ahí sucede. Y en realidad sí es responsable. Pero ¿cómo es que vamos a dejar en otras manos a nuestros clientes? y mucho menos una tercera persona manejará lo que tanto trabajo me ha costado. Lo que sí es claro es que debemos aprender a delegar. Pero, ¿a quién?
    Acaso ¿el no delegar refleja la inseguridad de que alguien más pueda hacer las cosas mejor que yo? Independientemente de tu sentir el delegar viene a reflejar la diferencia entre el crecimiento y el fracaso por qué no.
    Dentro de tu equipo existen personas con habilidades muy variadas. Tu trabajo es identificarlas y lograr que se apliquen en pro de tu empresa. O ¿quieres tener el control absoluto y trabajar un mínimo de 12 horas diarias? “Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.” Bertrand Russell 1872-1970 Filósofo, matemático y escritor britanico
    Si tanto te preocupa delegar por temor a que no se haga el trabajo de acuerdo a tus indicadores, solo recuerda que delegar no significa deshacerse del trabajo, significa identificar las habilidades y capacidades de los demás. Reconocer que necesitamos de los demás así como ellos de nosotros nos hace más humanos.
    Thomas L.Brown en su libro “Delegating Work” define la delegación como el acto o proceso por el cual una persona asigna una tarea o proyecto específico a otra, que se compromete a realizarla. Muy bien, entonces si ya alguien más se comprometió a realizar la tarea, entonces dedícate a dirigir y deja de operar.
    Profesor del Área de Cultura Organizacional
    ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste.