La participación política de las mujeres en este proceso electoral marcará un nuevo rumbo en Sinaloa y México. Habrá candidatas en al menos la mitad de los cargos de elección popular que están en juego. La cámara federal y las cámaras locales tendrán una representación equitativa en términos de la democracia paritaria que garantizará el 50 por ciento de hombres y el 50 por ciento de mujeres en ellas. Lo mismo pasará en los cabildos y muy probablemente en las administraciones públicas. (Esto dependerá de la voluntad y las acciones afirmativas de los que resulten electos).
Las mujeres tomaron lo que les correspondía, pero por años se les había negado. En este proceso electoral será en el que más mujeres se presenten a la urna y más posibilidades tengan de obtener espacios. Además, según el informe electoral sobre las elecciones en 2018 publicado por el INE, acudieron más mujeres que hombres a la urna, con un 66.2 por ciento de las registradas en el padrón contra el 58.1 por ciento de los registrados.
La Dra. Ivonne Acuña, investigadora de la Universidad Iberoamericana publicó en 2018 una serie de datos muy interesantes para tener en cuenta. Desde que las mujeres obtuvieron en México la “garantía” constitucional de la ciudadanía en 1937 en tiempos de Lázaro Cárdenas y que en 1946 en la presidencia de Miguel Alemán se les reconociera el derecho de participar en procesos electorales municipales y fuera hasta 1953 en el mandato de Adolfo Ruiz Cortines cuando por fin alcanzaron todos los derechos políticos, los datos apenas reflejaron:
A._ Solo seis candidatas al cargo de Presidenta de la República de 1982 a la última elección de 2018, ninguna cercana del triunfo electoral. B._ Solo 9 gobernadoras electas por mayoría de 1979 al 2018 y una jefa de gobierno, aclarando que solo 8 de las 9 pudieron tomar protesta por la defunción de la gobernadora electa de Puebla Martha Érika Alonso antes de tomar posesión. C._ Poco más de 1,500 mujeres ejerciendo el cargo de presidentas municipales, apenas un 43 por ciento de los municipios del país desde 1946.
Los datos están ahí, avances lentos pero constantes, que son reflejo del complicado camino que han logrado las mujeres con su activismo y su lucha incansable para la participación efectiva. Esta amplia explicación sirve de marco referencial para exponer la sobresaliente decisión que un grupo de candidatas del lejano municipio de Choix tomaron a mediados de esta semana.
En uno de los municipios más pobres, desiguales y machistas de Sinaloa, candidatas de varios partidos se sumaron en lo que llamaron “el primer pacto de sororidad electoral en el Estado de Sinaloa”. Una especie de carta compromiso que firmaron ante el presidente del consejo municipal del IEES, Santiago Osorio Portillo.
En ella se expone el interés de las candidatas por participar en un proceso libre de discriminación y violencia política. Comprometiéndose a respetar la reputación, la honra, vida personal y credibilidad de las contendientes, a mantener el respeto a los derechos humanos como principio rector durante y después del proceso electoral. A no utilizar lenguaje sexista, así como mantener una conducta ética que visibilice el esfuerzo de las mujeres participantes en un municipio tan complejo como lo es Choix.
Además, desde la norteña localidad se comprometieron a no estereotipar a otras mujeres y a que, una vez concluido el proceso electoral seguirán trabajando en conjunto una agenda que dé permanencia y desarrollo a los ejercicios de participación de todas las mujeres en la comunidad.
Lo firmado por las candidatas Dolores Cota, del PAN; Argenis Fierro, de Movimiento Ciudadano; y Magdalena Osorio, del Partido del Trabajo; marca un precedente muy importante y significativo en la lucha de las mujeres por espacios de participación libres de violencia. Porque el llamado lo hacen extenso a medios de comunicación, candidatos varones, instituciones públicas, empresarios, organizaciones sociales y ciudadanía en general. Veremos la respuesta y nos sumamos a las intenciones de ellas para que no solo en Choix, sino en todo Sinaloa, se respete plenamente el derecho de cada una de las candidatas a competencias limpias, justas y constructivas. Luego le seguimos.
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