Recorren 200 años en 30 minutos
El desfile conmemorativo del Bicentenario de la Independencia, en el que participaron alrededor de 20 contingentes, tuvo una nutrida asistencia de familias, pues en esta ocasión no rigió el calendario Florentino y tanto padres como hijos no tuvieron chamba, los unos, ni clases, los otros.
Abrieron la marcha cívica-militar los motociclistas de la Policía y Tránsito municipal, seguidos por un larguísimo contingente del Ejército y Fuerza Área.
Los militares, sus potentes armas y resistentes vehículos ya no causan el asombro y la admiración que provocaban antaño, sobre todo en los niños, ya que la población se ha acostumbrado a verlos a diario desfilar por las calles.
Con las ametralladoras montadas en los Humvees contrastaron los detectores moleculares que portaban algunos soldados en sus manos, esa especie de varita mágica o de zahorí con la que al parecer el Ejército le hace más daño al narco que con los fusiles.
El segundo contingente fue el integrado por la Policía Estatal Preventiva y los perros del escuadrón K-9; sucedidos por elementos de la Policía Municipal, Tránsito y Protección Civil.
El Instituto Sinaloense de Cultura participó con cuatro carros, intercalados en los contingentes, en los que representó pasajes de la historia de México, como la época prehispánica, con jóvenes ataviados con colorido vestuario, collares y penachos.
En otro vehículo del ISC desfilaron los héroes de la Patria, con un Miguel Hidalgo de semblante tan severo y decidido que su intérprete bien le hubiera ganado el casting a Demián Bichir.
Lo que de plano la mayoría de los asistentes no entendió y menos ubicó históricamente es el carruaje del sinaloense y cultural instituto sobre el que iban de pie nueve personas cubiertas hasta la cabeza con hábitos negros (nos referimos a ropa, no a costumbres de políticos), algunas de las cuales repartían monacales bendiciones a diestra y siniestra.
Tal vez la intención fue representar el retorno de los jesuitas a México, que ocurrió precisamente durante la lucha independentista, pero la verdad es que apenas un erudito nos puede sacar de nuestra columnar ignorancia, ya que estamos más confundidos que un encuestado por Mitofsky sobre el Bicentenario.
Los verdaderos héroes
Participaron también en la conmemoración alumnos de Cobaes, UAS, la Normal y la Normal de Especialización; Cruz Roja y Bomberos; e integrantes del Penthatlón, Boinas Negras, Cóndor AC, Club de Rescate Juvenil y Amigos del Ejército.
Como es tradición, los charros cerraron el desfile con sus diestros jinetes, guapísimas y mexicanísimas amazonas, y briosos y nobles caballos.
El contingente más aplaudido fue el de Cruz Roja y la mejor banda de guerra, a nuestro columnar y patriótico oído, la compuesta por los alumnos y alumnas de la Escuela Normal.
El comentarista del desfile presentó a los militares como héroes, pero sin demeritar la contribución de los soldados a la Patria, consideramos que en el evento conmemorativo los verdaderos héroes fueron los padres de familia, jóvenes y niños que con entusiasmo y espíritu cívico presenciaron la marcha, aguantando el calorón y muchos hasta el rayazo del sol durante los alrededor de 30 minutos que duró la parada.
La verdad es que la ciudadanía esperaba más, tanto de la ceremonia del Grito como del desfile, porque las autoridades estuvieron anunciando los festejos del Bicentenario como algo "nunca antes visto". Ah, pero para el Tricentenario ya no nos van a engañar.
Seguridad al Alcalde
En Mazatlán, elementos del Ejército y de la Marina Armada de México implementaron durante el desfile por el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución un fuerte operativo de seguridad y resguardaron el frente y la espalda de la mesa de honor, donde estaban el Alcalde Jorge Abel López Sánchez, autoridades militares, navales, estatales y municipales, además de invitados.
La mesa de honor fue colocada en el camellón de la Avenida del Mar, entre las calles Rafael Domínguez y Hamm, en el frente estaba un vehículo militar, con varios elementos armados, y había una valla de jóvenes que realizan el Servicio Militar Nacional.
En las espaldas, también había varios elementos militares y marinos, al menos cada cinco metros de separado, y una camioneta con ocho soldados y perros adiestrados recorriendo la Avenida Cruz Lizárraga.
A este operativo, que no fue discreto, se le sumó el implementado por policías municipales, en cada esquina había al menos ocho agentes y un elemento de tránsito.
Lo amenazan
Por cierto, no pasó desapercibido para quienes estaban muy cerca del templete oficial, que al término del desfile se acercó un oficial del Ejército para advertirle al Alcalde que en el C-4, donde convergen los números de emergencia de las diversas instituciones de seguridad y protección de Mazatlán, se recibió minutos antes una amenaza de muerte en su contra. Incluso, cuando el oficial se despidió del Alcalde, le dijo: "cuídese".
López Sánchez asintió con la cabeza y se retiró.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial
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