¿Deslinde partidario?

    Craso error pedirle que se deslinde de los tres partidos de la coalición bajo cuyas siglas compite, aunque no sea militante de ninguno de ellos. ¿A dónde llegaría Xóchitl sin PRI-PAN-PRD y las estructuras estatales y locales que esos partidos pueden movilizar? ¿Tan lejos como llegó el Bronco en 2018 cuando obtuvo menos de 3 millones de votos? Para ganar en el 2024, asumiendo una participación del 63 por ciento, la ganadora debe obtener más de 31 millones de votos, ¿alguien cree que los podría juntar por sí sola?

    Escucho y leo una y otra vez que Xóchitl Gálvez, la candidata de Oposición, debería de deslindarse de los partidos porque ella se definió desde un inicio como candidata ciudadana y porque los partidos, hoy de Oposición (PAN-PRI-PRD), tienen muy mala fama y el electorado no los quiere básicamente por corruptos. En esta hipótesis, los partidos le restarían credibilidad y votos a Xóchitl disminuyendo seriamente sus posibilidades de triunfo.

    No he escuchado argumento más desencaminado que éste. La democracia que se conoce en el mundo es una democracia que pasa ineludiblemente por los partidos. José Woldenberg lo ha repetido hasta el cansancio: “Los partidos son actores insustituibles de la vida política y sin ellos la democracia es imposible”.

    Otra cosa es el desencanto político con ellos y el hartazgo de la ciudadanía sobre las promesas incumplidas y la corrupción que ha tocado a todos cuando han sido gobierno (y también cuando no lo han sido). En efecto, ha habido alternancia a nivel federal y estatal y más a menudo que no, sobreviene el desengaño producto de malos gobiernos y de corrupción entre los integrantes de sus filas.

    Por eso es indispensable la participación ciudadana, pero sobre todo el equilibrio de poderes junto con los contrapesos que se han ido imponiendo y, desgraciadamente, ahora destruyendo. Para que no sea un solo partido el que controle el poder o, peor aún, un sólo hombre: el Presidente, el poder de los poderes.

    Pero vuelvo al deslinde de la candidata de la Oposición. Craso error pedirle que se deslinde de los tres partidos de la coalición bajo cuyas siglas compite, aunque no sea militante de ninguno de ellos.

    ¿A dónde llegaría Xóchitl sin PRI-PAN-PRD y las estructuras estatales y locales que esos partidos pueden movilizar? ¿Tan lejos como llegó el Bronco en 2018 cuando obtuvo menos de 3 millones de votos?

    Para ganar en el 2024, asumiendo una participación del 63 por ciento, la ganadora debe obtener más de 31 millones de votos, ¿alguien cree que los podría juntar por sí sola?

    En las elecciones intermedias de 2021 en donde no había un candidato presidencial que “jalara” la votación de diputados federales hacia los diferentes partidos, la coalición Va por México (PAN-PRI-PRD) obtuvo un total de 19.5 millones de votos o 39.6 por ciento de la votación. A esa cantidad de votos, cuando menos, pueden aspirar en 2024. La coalición Juntos Hicimos Historia (Morena-PT-PV) obtuvo sólo 3.1 por ciento más.

    Pero no nos quedemos sólo en la votación de 2021.

    En un ejercicio que hicimos Héctor Aguilar Camín y la que esto escribe, calculamos el promedio de votación de estos partidos en las últimas elecciones: 2015 (cuando compitió Morena por primera vez), 2018 y 2021. El promedio de votación de PAN-PRI-PRD fue de 44.7 por ciento. ¿Qué dice esta cifra? Pues que estos tres partidos juntos son muy competitivos. El promedio para Morena-PT-PV en esas mismas elecciones fue de 37.6 por ciento.

    Hicimos algo más. Calculamos la votación en las elecciones para Gobernador que tuvieron lugar de 2021 a 2023. El promedio de la suma de las votaciones para PAN-PRI-PRD en las 23 elecciones estatales fue de 42.2 por ciento. En contraste, el promedio de votación para Morena-PT-PV fue de 45.2 por ciento.

    Una diferencia de 3 puntos porcentuales. En ambos casos el promedio reportado fue independientemente de si cada uno de los partidos fue en coalición o no.

    Otra vez. ¿Qué indican estas cifras? Que PAN-PRI-PRD son competitivos y que juntos recaban alrededor del 45 por ciento del voto.

    Partiendo de la premisa de que los partidos son indispensables para la democracia y habida cuenta del desempeño electoral de la coalición que apoya a Xóchitl, está claro que de ninguna manera la candidata pueda o deba deslindarse de los partidos que la postularon.

    El deslinde sería catastrófico para la Oposición y para la candidata. Por lo que habría que trabajar es para que la independencia o no militancia de Xóchitl Gálvez le sumara entre 5 y 10 puntos a la votación histórica de los partidos. Lo mismo habría que decir en el caso de las nueve elecciones a Gobernador que se renovarán este 2 de junio. PAN, PRI y PRD en esos nueve estados deberán trabajar para Xóchitl y ella jalar el voto para los y las candidatas a Gobernador. Ahí podría radicar el triunfo de la Oposición.

    Por cierto, un dato curioso. Nadie le pide a Claudia Sheinbaum que se deslinde del PT y del Partido Verde que están tan desprestigiados y tocados por la corrupción como todos los partidos en México. La razón es evidente. Claudia y la coalición Juntos Haremos Historia necesitan el 4 por ciento de los votos del PT y el 5 por ciento de los votos del Verde.

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