En anteriores columnas se comentaron ya tres de las deficiencias del Gobierno que serían retos y oportunidades para la Oposición: la inseguridad, la falta de creación de empleos y el desorden en la economía; habría que plantear varias otras deficiencias que están afectando el desarrollo social, la convivencia y el futuro de los mexicanos.
1. En México se ha agravado el problema de la educación, pues el gobierno anterior castigó este sector bajándole el presupuesto entre 150 mil y 175 mil millones de pesos en el sexenio, ocasionando con ello un “retroceso académico de 20 años”, según Sylvia Smchmelkes, ex titular del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, aplicando sólo un 2.7 por ciento del PIB, cuando que en sexenios anteriores se tenía un 3.2 por ciento del PIB, que por cierto tampoco era suficiente.
En 2018 existían 25 mil escuelas de tiempo completo que atendían 3.6 millones de estudiantes, además durante el sexenio se redujo la matrícula en un millón 600 mil estudiantes, según El Universal del 30 de Septiembre y “según los resultados más recientes de la Prueba PISA que aplica la OCDE, un alto porcentaje (más del 50 por ciento) de alumnos sólo alcanzó el nivel 2, que es el mínimo esperado”, lo que se confirmó con los resultados de la evaluación de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación a los estudiantes de educación básica, “que evidenciaron que 4 de cada 10 estudiantes presentaban dificultades para leer, para localizar y extraer información o para realizar operaciones matemáticas básicas”, por lo que “el sistema educativo no está preparando a niñas, niños, adolescentes y jóvenes para cursar estudios superiores”.
2. Otro asunto muy mal atendido por esta 4T es el problema ambiental, pues no sólo no se ha cumplido con los compromisos ofrecidos en “Los Acuerdos de París”; sino que en varios temas se ha retrocedido irresponsablemente:
- Las empresas gubernamentales, Pemex y CFE siguen contaminando la atmósfera con la quema del gas natural que se expulsa desde los pozos petroleros.
- Se sigue utilizando combustóleo y carbón en las refinerías.
- Se desconoce que existan programas de control y eliminación del gas metano.
- Han fracasado o han sido deficientes los programas de reforestación y cuidado de los bosques, pues la tala ilegal y los constantes incendios mal atendidos han destruido miles de hectáreas del llamado “pulmón del ambiente”.
- No existen o no se han aplicado con decisión los programas del cuidado y conservación del agua. La crisis en 2024 que, aunque pareciera se superó en el centro y sur del País, todavía se tiene en el norte, donde se cosecha maíz, trigo, hortalizas, oleaginosas, etc., que para 2025 tendrá que reducirse la superficie de siembra en un 60 o 70 por ciento por falta de agua.
- Precisamente por no contar con una política de ahorro y eficiencia en el riego agrícola, que consume el 80 por ciento del agua dulce, provoca esta escasez ante temporadas de poca lluvia. El riego por goteo y por aspersión están apenas iniciándose por el alto costo y la falta de apoyos presupuestarios.
- Se sigue sufriendo de la contaminación de las corrientes y depósitos de agua con basuras, aguas negras y grises, aceites, fungicidas y fumigantes.
- El Gobierno también “coopera” con sus obras públicas como el tren maya que destruyó miles de hectáreas de bosques en la Península de Yucatán y ha puesto en riesgo los ríos subterráneos y cenotes de la península; habría que agregar la contaminación que indudablemente producirá la refinería de Dos Bocas.
En siguientes entregas se comentarán otras deficiencias.