Discurso de odio al magistrade

ENTRE COLUMNAS
    omar_lizarraga@uas.edu.mx
    El rasgo distintivo que caracteriza a los homicidios de personas LGBTIQ+ es el ensañamiento con el que son cometidos. Los casos dan cuenta de las múltiples violencias a las que fueron sometidas muchas de las víctimas antes de ser asesinadas, la saña a la que fueron sometidos sus cuerpos ya sin vida, y la revictimización al ser expuestos sus cuerpos, o al justificar y hacer mofa de sus muertes.

    Jesús Ociel Baena Saucedo, fue la primera persona autoidentificada como no binaria en ocupar una magistratura judicial en toda América Latina. Por años fue un irrestricto defensor de los derechos humanos y civiles de la comunidad LGBTIQ+.

    El pasado martes 13 de noviembre, el activista y funcionario público, fue asesinado junto a su pareja sentimental en su domicilio a la edad de 38 años. Éste no es un hecho aislado en México, pues según el informe anual elaborado por la organización “Letra S”, en el año 2022 fueron asesinadas al menos 87 personas de esta comunidad en el país.

    El rasgo distintivo que caracteriza a los homicidios de personas LGBTIQ+ es el ensañamiento con el que son cometidos. Los casos dan cuenta de las múltiples violencias a las que fueron sometidas muchas de las víctimas antes de ser asesinadas, la saña a la que fueron sometidos sus cuerpos ya sin vida, y la revictimización al ser expuestos sus cuerpos, o al justificar y hacer mofa de sus muertes.

    Los delitos de odio tienen su origen desde el discurso. El mismo magistrade Jesús Baena había denunciado públicamente el discurso de odio del que había sido víctima por distintas personas y medios.

    Para la filósofa Adela Cortina, el discurso de odio tiene como objetivo promover y alimentar una ideología cargada de connotaciones discriminatorias. Éste es propagado con intención maligna para incitar al interlocutor o lector, a que lleve a cabo acciones destructivas en contra de un grupo, por lo general, históricamente discriminado.

    Para esta misma autora, el discurso de odio tiene ciertas características. En primer lugar, se dirige contra un individuo, pero no porque ese individuo haya causado daño alguno, sino porque goza de un rasgo que le incluye en un determinado colectivo. Por eso no es necesario haber tenido ninguna relación anterior con la persona agredida, sino que puede ser totalmente desconocida para el agresor, porque el móvil de la agresión es el desprecio hacia esa característica determinada, no alguna mala experiencia personal.

    Una segunda característica de los discursos de odio es que se estigmatiza y denigra a un colectivo atribuyéndole actos que son perjudiciales para la sociedad, aunque sea difícil comprobarlos, si no imposible. Porque en ocasiones se remiten a una historia remota que ha ido generando el prejuicio, o se forman a través de murmuraciones y habladurías.

    En tercer lugar, se sitúa al colectivo en el punto de mira del odio, precisamente porque las leyendas negras pretenden justificar la incitación al desprecio que la sociedad debería sentir hacia él, según los inventores de esas leyendas. Por ejemplo, quienes desean librarse de las personas no binarias, dicen que son portadores de enfermedades, que son un mal ejemplo para los niños, y otro tipo de mentiras.

    En cuarto lugar, quien pronuncia el discurso de odio o quien comete el delito de odio está convencido de que existe una desigualdad estructural entre la víctima y él, cree que se encuentra en una posición se superioridad frente a ella. Esta suposición permite al grupo bien situado fortalecer esa “superioridad estructural” y mantener la identidad subordinada de las víctimas. Frente a este principio, el agresor trata a la víctima como un medio porque no le reconoce igual humanidad, igual dignidad; le trata como un objeto, no como un sujeto que debe ser tenido en cuenta.

    Por último, otra de las características del discurso de odio, lleve o no aparejada la incitación a la violencia, es su escasa o nula argumentación, porque en realidad no pretende dar argumentos, sino expresar e incitar a compartirlo.

    Los activistas de la comunidad LGBTIQ+ en Sinaloa, no en pocas veces han sido víctimas de discurso de odio, solo por estar en la lucha de una sociedad más libre e igualitaria. Para prevenir la violencia, debemos combatir también ese discurso homófobo. Mi solidaridad a todas, todos y todes.

    Es cuanto...

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!