Dos tormentas a la vez: Pamela y Merary. Una fue benévola pero la otra inhumana

OBSERVATORIO
    Claro que Merary Villegas no es la culpable directa del desabasto de fármacos a los niños con cáncer. Si acaso le pertenece algo de culpa ésta sería la de pertenecer al partido que gobierna en México. Pero sí es responsable de sus actos personales y de la capacidad racional para tratar a los ciudadanos, sean del partido que sea, porque una vez que asumió como Diputada se convirtió en servidora de todos y ese es el suficiente motivo para que abrazara a la mujer que se hincó ante ella, brindándole confortación en vez de ofrecerle la espalda.

    A diferencia del huracán Pamela que la pensó mucho para entrar a Sinaloa y atravesó veloz la tierra de los once ríos, otro ciclón mediático se formó intempestivo y provocador en las redes sociales cuando la legisladora federal del Movimiento Regeneración Nacional, Merary Villegas Sánchez, le dio la espalda a una madre de familia que se le arrodilló para implorar el punto de acuerdo en el cual la Cámara de Diputados se pronuncie por solucionar la falta de medicamentos para niños diagnosticados con cáncer.

    Las paradojas de la naturaleza y de la representación social se cruzaron cada una en sus contextos. El amenazante fenómeno atmosférico moderó las lluvias y vientos para respetar la vida de un pueblo que ya enfrenta demasiadas adversidades; en cambio, la Diputada sinaloense resultó arrastrada por el arroyo de lágrimas de aquella mujer suplicante que se ganó la solidaridad en las plataformas digitales y aparte desató las críticas generalizadas contra Merary Villegas y el Sistema de Salud del régimen autodenominado de la Cuarta Transformación.

    Es que a veces la autenticidad humana se muestra descarnada sin que nadie la pueda contener. En otras ocasiones el medio ambiente resulta más piadoso que las personas. Y allí es cuando la desidia del gobierno cobra más víctimas que la fuerza del hábitat, como se evidenció en cuestión de horas: a los pacientes de enfermedades crónico-degenerativas se les abandona en el sufrimiento de ellos y sus familias y paralelamente el huracán Pamela derivó en saldo blanco de las zonas por las cuales pasó benevolente.

    Claro que Merary Villegas no es la culpable directa del desabasto de fármacos a los niños con cáncer. Si acaso le pertenece algo de culpa ésta sería la de pertenecer al partido que gobierna en México. Pero sí es responsable de sus actos personales y de la capacidad racional para tratar a los ciudadanos, sean del partido que sea, porque una vez que asumió como Diputada se convirtió en servidora de todos y ese es el suficiente motivo para que abrazara a la mujer que se hincó ante ella, brindándole confortación en vez de ofrecerle la espalda.

    La legisladora de Morena atribuyó su actitud mostrada en el video trending topic a “agresiones del Partido Acción Nacional que tienen su origen en los cambios profundos que estamos viviendo, en la pérdida de privilegios de sus empresas enquistadas en todas las áreas del Gobierno, en muchas AC y paraestatales disfrazadas de asistencia social”. En un comunicado emitido ayer agrega que “por eso lamentamos que el PAN en su desespero por regresar al viejo esquema de saqueo y corrupción hoy esté utilizando a personas que sufren con esta cruel enfermedad, como lo hacen cuando anuncian con bombo y platillo el número de muertes por Covid como si eso fuera un acierto político para ellos”.

    Podría tener razón, dicho esto con todo respeto a las madres de niños con enfermedades graves que sufren el calvario descriptible solamente por quienes están en tal circunstancia. Sin embargo ella, no como parlamentaria sino como jefa de familia, debió esforzarse más en sacar a relucir esa Merary a la que se refiere en el boletín de prensa que “como madre de dos hijos sé que el dolor más grande que podemos experimentar es el sufrimiento de nuestros propios hijos, más aún cuando se trata de un padecimiento de salud tan mortal como lo es el cáncer”.

    No debiera la política insensibilizar a las mujeres y hombres que la practican. Al contrario, y este sería el reto posterior para Villegas Sánchez, sin importar militancias o enajenaciones tienen que gritarle al Presidente, gobernadores, alcaldes, secretarios de salud, encargados de las finanzas públicas y a quienes sean, que por ningún motivo incurran en negligencia criminal al tener vacías las farmacias de los hospitales públicos. Los sinaloenses que con el voto llevaron a la morenista a una curul de la Cámara baja lo hicieron para tener a través de ella una gestora en las altas esferas del poder real.

    A los ciudadanos jamás se les puede abandonar en situaciones de adversidad. Tarde o temprano la realidad descubrirá a los servidores en sus ineptitudes, así como el martes 12 de octubre pilló en la apatía gubernamental a la coordinadora de Protección Civil federal, Laura Velázquez Alzúa, quien vino a Culiacán a decir que espera tener definidos la próxima semana los apoyos para damnificados por “Nora”, la tormenta que hace mes y medio afectó a Sinaloa. Pero ya Pamela se disponía a evidenciarla en la desidia.

    No pasará mucho tiempo con importantes segmentos de mexicanos extendiéndole el plazo de la esperanza al actual régimen nacional como pocas veces se lo ampliaron a otros gobiernos. Poco a poco el error más la desilusión harán traslúcida la venda ahora enceguecedora del cambio fallido. Todas las noches tienen su alba que es imposible de esconder en la lobreguez donde se ocultan las torpezas políticas.

    Reverso

    ¡Oh Señora de la Puntilla,

    Si pedimos doble portento:

    A Pamela con suave viento,

    Y una Merary sencilla!

    Otros chivos expiatorios

    A ver a quién le echan la culpa los alcaldes de Culiacán y Mazatlán, Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez Torres, ahora que el Congreso del Estado les rechazó a los 18 municipios las cuentas públicas correspondientes a 2019 al estar plagadas de irregularidades. Ya no podrán decirse víctimas de Graciela Domínguez, ex presidenta de la Junta de Coordinación Política, porque ella es ajena a la 64 Legislatura. ¿Se le irán encima a Feliciano Castro, actual líder de la Jucopo? ¿Al Gobernador electo, Rubén Rocha Moya? ¿Al pasista Gene Bojórquez, quien preside la Mesa Directiva? ¿O al priista Sergio Mario Arredondo, presidente de la Comisión de Fiscalización?

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