Edipo Rey, de Sófocles (II)

Lo que quiso decir
02/10/2025 04:00
    En la obra de Sófocles, los seres humanos no pueden evadir el destino que les toca vivir. Este se impone y no les queda más que someterse. El esfuerzo desesperado de escapar del destino no hace otras cosas que cumplirlo. No hay escapatoria posible.

    La recompensa de Edipo por liberar a Tebas de la Esfinge es el reino y la mano de la Reina viuda, Yocasta. Así, la otra parte de la profecía se cumple.

    Edipo, ahora Rey de Tebas, cuando vive el momento de su mayor esplendor, la ciudad es asolada por la peste, y Edipo manda a su cuñado Creonte a consultar el oráculo de Delfos. A su regreso le cuenta que según este, la peste es resultado de una contaminación religiosa, puesto que el asesino del Rey Layo no ha sido atrapado: su sangre derramada amenaza con dar muerte a todos los habitantes de la ciudad hasta que el asesino sea ejecutado o exiliado.

    El Rey inicia una investigación sobre la muerte del Rey Layo.

    Creonte le aconseja que consulte al adivino ciego Tirisias, para que ayude a esclarecer los hechos. Este le dice que conoce la respuesta, pero se niega a hablar y le recomienda que deje de buscar.

    Edipo se molesta, y entre los dos se da un enfrentamiento y acusa a Tirisias de ser cómplice del asesinato de Layo.

    Enojado, entonces, se marcha, murmurando que cuando se descubra al asesino será un ciudadano nativo de Tebas, hermano y padre de sus propios hijos, e hijo y esposo de su propia madre.

    En la búsqueda de la verdad ésta se impone y Edipo descubre que ha matado a Layo, su padre, y Yocasta, ahora su esposa, es su madre.

    Ésta, al saber lo que ha pasado, se suicida, y Edipo, horrorizado por el parricidio y el incesto, se ciega a sí mismo.

    Pide a su cuñado Creonte que le deje partir al destierro y se quede con sus dos hijas, ya que sus dos hijos son hombres y sabrán cómo actuar.

    Todo lo realizado por Layo, Yocasta y Edipo para evitar el cumplimiento de la profecía fracasa y esta se cumple como estaba señalado. No pueden ir contra el destino trazado por los dioses.

    En la obra de Sófocles, los seres humanos no pueden evadir el destino que les toca vivir. Este se impone y no les queda más que someterse. El esfuerzo desesperado de escapar del destino no hace otras cosas que cumplirlo. No hay escapatoria posible.

    Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) de esta tragedia dijo que era la mejor que se había escrito, que cumplía con todas las formas en que éstas se deberían de construir y redactar.

    La primera vez que leí Edipo Rey, de Sófocles, fue en 1968, tenía 21 años. Siempre que la leo me impresiona y conmueve. Es un gran texto. Después de 2 mil 400 años del estreno, la obra sigue vigente.

    Edipo Rey

    Las siete tragedias

    Sófocles

    Editorial Porrúa

    México, 1962