Bienvenido Granda fue un cantautor cubano radicado en México, célebre por el gran bigote que invariablemente portó; de hecho, la publicidad lo anunciaba con la frase: “El bigote que canta”.
Alejandro Escobar no es cantante, pero hace cantar, hablar y reír hasta a su cámara fotográfica. Su poblado bigote no deja de estirarse y encogerse con sus ocurrentes, y frecuentes, sonrisas y carcajadas. Siempre tiene a la mano algún detalle o anécdota para estimular la risa de sus amigos y camaradas.
Comenzó muy temprano su vida laboral, razón por la cual recibió el apodo de “Morro”, pues era más fácil decirle: “morro, barre aquí”, “morro, tráeme esto o aquello”. Su fidelidad no tiene límites, pues tiene 51 años trabajando en la misma empresa: Noroeste, el medio de comunicación que lo vio nacer, crecer y madurar, pero no envejecer. Quien percibe la vida desde la atalaya de la gratitud, sorpresa, curiosidad y alegría, jamás permite que los años se asienten sobre su persona.
Maestro de muchas generaciones en diferentes escuelas y universidades; de hecho, fue maestro también de este servidor y continúo agradeciendo sus enseñanzas y el don de su amistad. Posteriormente, fuimos compañeros de trabajo en este mismo medio informativo, donde enhebramos más vigorosamente el vínculo de nuestra fraternidad.
¡Cómo no recordar sus icónicas fotografías, que le merecieron innumerables reconocimientos, distinciones y premios! Todavía deambulan en mis recuerdos sus fotografías capturadas en las destrucciones de enervantes en la sierra sinaloense, o las placas tomadas en las devastadas calles de Guadalajara, al ser enviado a cubrir las explosiones ocurridas en 1992, en la Perla de Occidente.
Nuestro agradecimiento especial a su familia, pues nos lo prestan y comparten incondicionalmente. ¡En su hogar sí gobierna Xóchitl!
¿Cumplo mi trabajo con responsabilidad y le agrego diversión?
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