El despertar estudiantil en la UAS
Limpiar la elección de Consejeros
Cuando más inconveniente le resulta a la Universidad Autónoma de Sinaloa, se abre en sus recintos otro flanco de inconformidad ahora con estudiantes que denuncian irregularidades en el proceso de elección de integrantes del Consejo Universitario, en un movimiento que cobra fuerza desde la genuina rebeldía de jóvenes que no estaba inerte sino preparándose para retomar el rol que les corresponde en la transformación de la casa de estudios.
Un mal cálculo político de la administración central que preside el Rector Jesús Madueña empalma la resistencia de un importante sector que se opone a que les modifiquen el esquema de la jubilación dinámica, con la inconformidad por exclusiones en la participación para renovar al órgano de cogobierno. Es decir, cuando en el campus todavía arde el tema de la reestructuración financiera y administrativa, comienza a prender la flama de la lucha estudiantil.
En la UAS la historia parece regresar al tiempo en el que desde las aulas fueron gestadas las grandes transformaciones universitarias. Y lo peor sería que las autoridades de la institución se aíslen de esta corriente participativa y les falle la memoria sobre el poder de la masa que conforman 170 mil estudiantes si éstos en verdad han decidido hacerse ver y sentir como la razón de ser del alma máter.
Dando por sentado que en la movilización estudiantil se han infiltrado o apoderado de ella grupos que a río revuelto llevan agua a sus molinos políticos, entonces con mayor sentido de urgencia procede encomiar lo que la base escolar hace y la legitimidad de su intervención que de lo espontáneo transita a lo crucial. En la épica acción del alumnado no existen hilos negros: sí quieren redimir a la UAS, pero también en lo concerniente a democracia y libertades.
En estos día está por resolverse si el esquema de rescate financiero de la UAS que presenta el Rector Madueña ante la Secretaría de Educación Pública es el adecuado para que el centro de estudios reciba recursos presupuestales para dar el salto que requiere en calidad de la enseñanza, sin cargar con gravosos esquema de financiación a trabajadores en retiro, desmedida plantilla de personal de confianza, la sangría económica que le significó el hecho de parasitar en ella el Partido Sinaloense, y derroches encubiertos por la opacidad.
El Rector le lleva una buena propuesta a la Presidenta Claudia Sheinbaum, avalada y apoyada por el Gobernador Rubén Rocha Moya, y de ser aprobada en las siguientes horas le significará a la UAS más dinero para atacar lo ordinario y los rezagos, así como el acceso a bolsas extraordinarias reservadas para universidades públicas que han tirado lastres y están listas para ofrecer mejor educación. En tal encrucijada es vital que la casa rosalina esté en paz.
Es que no estaba en el mapa de la negociación que ocurriera el conflicto que cada día se extiende a más unidades académicas por la exclusión de estudiantes y planillas que querían competir por una silla en el Consejo Universitario. Además la respuesta a este movimiento ha sido inadecuada con medidas como las tomadas en la Preparatoria Flores Magón de Culiacán, que cerró sus puertas a los alumnos con el pretexto de que por fallas en el suministro de agua potable se optó por las clases en línea.
El gobierno universitario se ha declarado dispuesto al diálogo, el entendimiento y la búsqueda conjunta de soluciones de fortalezcan la vida universitaria, abierto a la total apertura “para atender las demandas, inquietudes y propuestas del alumnado dentro de un marco de respeto, armonía y responsabilidad compartida”. Esto no sólo es necesario; resulta urgente porque cada acuerdo no alcanzado acerca más a la UAS hacia el colapso.
Entonces, de nuevo y como ha sido siempre, el apremio consiste en poner el interés y misión de la UAS en el centro de todo. Ni el Rector ni la Universidad podrían salir bien librados con tantos bretes a la vez. Madueña requiere del consenso de la comunidad universitaria para implementar la reforma interna y deberá operar rápido para que la casa rosalina se apacigüe, con decisiones enérgicas que podrían ser hasta la reposición del proceso de renovación del Consejo Universitario.
Con el mismo pálpito de antes,
Late el corazón rosalino,
Al encarrilar los estudiantes,
A la UAS en un mejor destino.
Al movimiento cultural que cobra fuerza en Culiacán para recalcar ante los ciudadanos la alternativas de civilidad y la paz como obras colectivas, se le agrega la Feria Internacional del Libro que se realizará en la capital del estado del 10 al 16 de noviembre y con la participación de 170 escritores y 50 editoriales en los foros que serán la Plazuela Álvaro Obregón, Colegio de Sinaloa, Casa del Maquío, la explanada de Palacio Municipal, Congreso del Estado y el Instituto MIA. He aquí la convocatoria a empuñar un libro en lugar de armas, demostrándole al Mundo entero que las letras son nuestro arsenal pacificador y estructurador de narrativas que echen abajo la percepción de Sinaloa como pueblo bárbaro.