Hace algún tiempo escribí que el Presidente (anterior) necesitaba un amigo, en esta ocasión creo que es el Gobernador quien lo necesita, una amistad, de esas sinceras que nos proporciona la vida y las personas que nos aman. La amistad es algo que no es fácil de encontrar, por lo menos las verdaderas amistades, las que están en las buenas, en las malas, las que te aconsejan y las que te dicen cuando estás equivocándote, espero que Usted tenga la fortuna de tener alguien así.
Creo que encarecidamente lo necesita, ya que el Gobernador todavía la semana pasada seguía señalando que en Sinaloa las cosas están bien, la semana pasada en una visita a Sonora el Gobernador declaró: “En Sinaloa vivimos perfectamente bien, estamos haciendo todas nuestras actividades. Los estadios llenos, las escuelas llenas. Estamos trabajando perfectamente bien”, pero ojo, esto por más que quisiera (no solo el Gobernador, sino todos los sinaloenses) no es cierto, si Usted vive en Culiacán, o sigue las redes sociales, seguramente lo sabe. La semana pasada lo mencionamos, cuando el político dice una cosa, pero ésta no es acorde a la realidad, el mensaje se pierde, es vacío, por eso es que esa declaración de que en Sinaloa se puede vivir perfectamente bien, se pierde, carece de sentido y dejó de hacerlo desde el pasado 9 de septiembre, por más mensajes gubernamentales que se den y por más que se repita.
El pasado 19 de enero una familia salió, de regreso, no sé si en un intento de asalto o confusión por parte de personas armadas, perdieron la vida el padre de familia, Antonio Sarmiento, de 41 años, y dos de sus hijos, Gael, de 9, y Alexander, de 12. Es necesario aclarar que si en nuestro estado se pudieran hacer todas las actividades bien, esto no hubiera ocurrido, es deber del estado salvaguardar la seguridad pública, no es obligación de nadie más, por más que las autoridades quieran hacerlo ver como que esto es un tema de personas “violentas”, repito, es deber del estado no de nadie más. El estado debe de garantizar una vida más allá de las restricciones que nos hemos autoimpuesto, y esto no es un sentimiento único de un servidor, sólo basta ver la marcha que se dio esta semana derivado del suceso del pasado 19 de enero.
Esta semana, cientos de sinaloenses tomaron las calles, gritando “con los niños no”, pidiendo justicia por todos aquellos desaparecidos, muertos, así como pérdida de la tranquilidad social, pero especialmente por Antonio, Alexander y Gael.
El Gobernador necesita un amigo, un amigo que le diga que es necesario ser empático, que reconocer que las cosas están mal no es sinónimo de un gobierno débil (por lo menos no debería serlo), que el ciudadano en su gran mayoría no puede hacer una vida “normal”, como durante años lo hizo. Escuchaba que más de 100 mil personas han dejado Sinaloa en estos últimos meses, esto no puede verse como un fenómeno normal, en un lugar donde se vive perfectamente bien.
Este es un parteaguas para el gobierno del Gobernador Rocha, aún le quedan tres años, los cuales pueden ser muy largos si sigue queriendo tapar el sol con un dedo; ojalá tenga un amigo que se lo diga.
PD. El mismo día que cientos de sinaloense salen a marchar, en un ataque armado asesinan a dos policías y hieren a uno más, además de un civil que se encontraba en el lugar; la Cruz Roja suspende el servicio de atender emergencias derivado de que una ambulancia fue interceptada para rematar a una persona que se encontraba herida; dígame Usted si esto es vivir perfectamente bien.