El gran desconocido

EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    Es el “Criterio”, lo chistoso es que por lo general todos sienten que lo tienen, y nos encontramos en un museo de arte lo más famoso e importante, paseando por sus distintas áreas encontramos un retrete en un pedestal, se queda uno con cara de ¿qué?, volteamos la cara y encontramos un cuadro con un círculo rojo junto a otro tapizado de clavos perfectamente alineados y la misma profundidad, no salimos del asombro cuando escuchamos comentarios sobre esas “obras” más asombro no quieren pasar por no conocedores y se ponen a decir cualquier cantidad de tonterías.

    Cuántas veces tantas personas por no ser políticamente incorrectos pasan sobre sus principios, o para no ofender a nadie de esos que hay que tratar con pinzas, que además cada vez son más con eso de no debemos excluir en el lenguaje ni con el pensamiento, y el comensal se convierte en comensala, el estudiante en estudianta, etcétera.

    Lo malo es que ahí no se queda, cuántos padres que dicen tener criterio exponen a sus hijos a la pornografía de muchas maneras: poniendo sus fotos tan lindas continuamente en las redes sociales, viendo películas inmorales en sus casas, escuchando reggaetón o como se llame que es pornografía auditiva, mamás y papás andan vestidos indecorosamente y permiten que sus hijos también, claro se ven tan monas.

    Cómo se puede uno defender de la manipulación sin tener criterios claros sobre lo que está bien y lo que no, lo que es verdad y lo que es mentira, lo que es bello y lo que es feo, etcétera porque tener criterio se utiliza en todo lo que abarca nuestra vida, es obligado adquirirlo sobre todo si eres adulto y de ti depende la formación de tus hijos.

    Según dice Viktor E. Frankl “El hombre es el ser que siempre decide lo que es”, entonces: ¿qué clase de ser has decidido ser? o ¿qué piensas que tus hijos decidirán ser con los criterios que les estas dando?

    Tener un criterio es estar capacitado para un acertado juicio y discernimiento sobre la bondad, la verdad y la belleza de las cosas.

    La actitud crítica, en sentido crítico, presume un acto de reflexión puro, es decir, fundado en los principios de la ciencia, la observación sistemática, la ética y la moral, las reglas del arte, las normas de una convivencia civilizada y el dictamen de la propia conciencia.

    Todo eso sin dejarse arrastrar por el bombardeo de la publicidad, las modas, la opinión de los demás, el mal gusto imperante, por miedo a ser y manifestarse de manera personal y distinta, contracorriente.

    Es decir que el buen criterio (que también hay malo y no lo queremos) necesita entre otras cosas de valentía. y sin duda es una asignatura muy ausente en las escuelas y el hogar. no es algo que se aprende de memoria como pretenden que se aprendan las otras materias que tampoco se aprenden porque memorizar no es aprender, tampoco se aprende con gritos y castigos porque nada se aprende así, lo que hay que enseñar es a pensar por su cuenta con los datos de la ciencia la moral la ética, de dónde los van a sacar, de donde los sacan los padres que no leen ni se cuestionan nada que no sea a que taquería van, qué vestido comprar, cuál es el último modelo de celular, o los chismes de artistas, vecinos y parientes.

    Hay varias actitudes que impiden o dificultan el desarrollo del sentido crítico. Por ejemplo: tratar a los hijos como si fueran más pequeños de lo que son; insistirles excesivamente en la obediencia ciega, en que no tomen decisiones por sí mismos y darles a entender que ser buenos es ser dóciles y someterse a los demás; enfriar el entusiasmo que muestran para tener iniciativa por temor a equivocarse o fracasar, o utilizar en el lenguaje coloquial frases que se presentan como verdades indiscutibles, tipo “jamás se debe llevar la contraria a una persona mayor” o “no preguntes tanto y limítate a cumplir lo que te mandan sin rechistar”.

    El sentido crítico tampoco se desarrolla si los padres sólo muestran satisfacción cuando los gustos o aficiones de los hijos coinciden con los suyos y desaprueban tendencias y gustos distintos, cuando se les da a entender que si algo lo hace todo el mundo, debe imitarse para no ir contra las modas y costumbres, o cuando se planifican hasta los más mínimos detalles de la vida de los hijos, de forma que apenas tienen ocasión de pensar y actuar por sí mismos.

    Hablar de criterio da para mucho, así que aquí me quedo y luego sigo porque es un tema muy desatendido.

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