El idioma de Dios

ÉTHOS
03/12/2024 04:00

    En 1948, después de las dos guerras mundiales, muchos jóvenes se preguntaban sobre el papel que les correspondía jugar para cambiar el rumbo. Frank Buchman, un joven de Pensilvania, de origen suizo, inició un movimiento denominado “Rearme moral”, con el que pretendía transformar el mundo, partiendo del personal cambio, erradicando el odio y la venganza.

    Peter Howard se llamaba otro de esos jóvenes, quien el 23 de febrero de 1964, en la Wheat Street Baptist Church de Atlanta, Georgia, pronunció un discurso con el título: “¿De qué color es la piel de Dios?”, donde subrayó que las diferentes razas eran una fortaleza y gloria, más que desventaja. De este movimiento nació el grupo “Viva la Gente”, quien popularizó una canción con el mismo título del discurso de Howard.

    Pero, siguiendo con las alegorías, hoy queremos hablar del idioma de Dios. Claro está que cualquiera puede responder que es el amor; sin embargo, sería más bien su propia identidad, como afirmó el cuarto evangelista en su primera carta: “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” (1 Jn 4,16).

    Por eso, vamos a remitirnos a la definición de Pedro Calderón de la Barca en uno de sus bellos poemas, que data de 1662: “Es el silencio un reservado archivo donde la discreción tiene su asiento... pues a nadie pesó de haber callado y a muchos les pesó de haber hablado... pues si a Dios en sus obras reverencio, el idioma de Dios es el silencio”.

    Este poema es una exhortación panegírica al silencio, en que se invita a cantar y callar: “Dígalo el cielo en el primero día que el poder del criador manifestaba, pues en el cielo gran silencio había...”.

    ¿Practico el idioma de Dios?

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