Al dirigir su mensaje a los artistas que interpretaron el Concierto de Navidad el 15 de diciembre, en el aula Paulo VI del Vaticano, el Papa Francisco precisó: “El lenguaje de Dios es cercanía, compasión y ternura. Las tres cosas juntas”.
Agregó: “La ternura, alegría y esperanza son sentimientos y actitudes que los artistas saben reavivar y difundir con sus talentos”.
Precisó que la ternura es el lenguaje del amor: “Cuando amas a un niño, lo acaricias; cuando amas a tu novia la acaricias, o a tu novio, lo acaricias... El gesto del amor es el más simple... La sonrisa de un niño deshace hasta a los corazones más endurecidos”.
Bergoglio no se cansó de repetir que en la gruta de Belén se encendió la esperanza de la humanidad. Recordó que la pandemia dificultó el acceso de las actividades escolares y formativas; sin embargo, lamentó que existan otras pandemias peores que impiden la cultura del diálogo y de la inclusión.
El Pontífice no se cansó de repetir su mensaje: “La luz de la Navidad nos hace redescubrir el sentido de la hermandad y nos empuja a la solidaridad con el necesitado”.
Reiteró que la difusión del arte crea hermandad: “delante del arte no hay amigos y enemigos, somos todos iguales, todos amigos, todos hermanos. El lenguaje del arte es fecundo”.
Por eso, insistió: “Invertir en educación es descubrir y apreciar los valores más importantes y ayudar a los niños y jóvenes a tener la fuerza de mirar con esperanza el futuro”.
Finalmente, expresó: “Deseo que los artistas sean siempre mensajeros de ternura, alegría y esperanza. Feliz Navidad de fraternidad y de paz para ustedes y todos sus seres queridos”.
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