La revelación de Rocha Moya de que López Obrador decidió que él fuera candidato de Morena a Gobernador, a pesar de que “El Químico” Benítez había ganado las encuestas, para muchos fue un dislate o un descuido imperdonable, pero en el contexto que se da la declaración y sabiendo la larga trayectoria política del ex Rector de la UAS, es posible pensar en otra hipótesis: es una carta para los interesados, y más particularmente para la Senadora Imelda Castro, con el que envía por lo menos tres mensajes:1) soy un miembro destacado, y protegido, del grupo selecto del fundador de Morena, 2) las encuestas no deciden quién es candidato en Morena, 3) López Obrador va a seguir tecleando las candidaturas de Morena, o por lo menos las que le parezcan estratégicas y la de Sinaloa la es, y, por lo tanto, me va a apoyar para decidir quién va a por Sinaloa en 2027.
1. Un ejemplo para creer en el primer mensaje es que, pese al vendaval mediático estatal, nacional e incluso internacional, que brotó con el secuestro de El Mayo Zambada y la muerte de Melesio Cuén, el cual ya lo ponía a Rocha fuera de la gubernatura, trascendió que operadores políticos cercanos a la Presidenta Sheinbaum dentro y fuera de Sinaloa tejieron para que así fuera pero el respaldo del macuspeño lo mantuvo en pie. La máxima prueba de que Rocha Moya es una pieza clave en el tablero de López Obrador es que lo respaldó firmemente a pesar de que con la guerra narca prolongada se desató una de las crisis políticas más severas de la historia contemporánea de Sinaloa y de México en su conjunto.
2) Rocha Moya fue muy lejos al reconocer que las encuestas no deciden en Morena las candidaturas, pero simplemente confirmó que, al igual que en el PRI, con López Obrador en Los Pinos, el Presidente era el dueño del dedazo. Y el badiraguatense le sumó otra raya a esa revelación: López Obrador seguirá palomeando si no todas sí varias de las candidaturas para él necesarias en 2027 y Sinaloa podría ser una de ellas.
Cuando la imagen de Rubén Rocha se había deteriorado severamente ante la opinión pública, se pensó que no podría tener el suficiente poder político para incidir en quién podría ser la candidata o candidato a la gubernatura y que la orden provendría de Palacio Nacional y no de Palenque. Pero Rocha Moya se mantuvo, Claudia Sheinbaum se debilitó al interior de los grupos de Morena y López Obrador empezó a recuperar poder, particularmente cuando detuvo la caída de Adán Augusto, su hombre fuerte en el Senado. Paradójicamente, la Presidenta Sheinbaum mantiene una alta aprobación en la mayor parte de la ciudadanía, pero al interior de Morena López Obrador y sus operadores la están acorralando.
Parece un hecho definitivo que López Obrador ha apostado por un maximato parcial; es decir; no le quita todo el poder a Claudia Sheinbaum pero sí lo fundamental para seguir teniendo las riendas políticas del País.
3) Si lo anterior es cierto, el ex inquilino de Palacio Nacional decidirá la mayoría de las candidaturas de Morena al Congreso y a las gubernaturas. Todas las que él considere claves para mantener su poder extra institucional, pero lo hará de acuerdo con sus hombres y mujeres en los diferentes estados. Y Rocha Moya ha demostrado, y nos lo acaba de decir, es uno de sus leales porque ha sido plenamente correspondido.
Sin embargo, los contextos y las coyunturas políticas cambian. Si la Presidenta Claudia Sheinbaum encuentra las formas y los espacios para lograr mayor o plena autonomía política ante López Obrador, ella decidirá las candidaturas para 2027, o por lo menos la mayoría, con o sin encuestas. Hasta el momento eso no se ve en el horizonte, pero cualquier variable, incluyendo las que puedan provenir de la Casa Blanca, pueden modificar el escenario.
Si la Presidenta Sheinbaum demuestra ser una mujer de Estado tendrá que demostrar que tiene pleno poder político en el Gobierno, en su partido y en el Movimiento cuatroteísta. Para eso se necesita, además de convicción, hacer política con mayor destreza de la que ha demostrado hasta ahora. Enfrente tiene a un auténtico animal político, como es López Obrador. Claudia Sheinbaum es más íntegra, más institucional, tiene una mayor preparación intelectual y tiene un pensamiento más moderno, pero no tiene el colmillo retorcido, ni las mañas, ni el carisma del tabasqueño. Y, sobre todo, no tiene la fuerza en el gobierno, el partido y el movimiento que goza el que vive en Palenque.
La Presidenta tendrá que tejer muy fino y encontrar los métodos y aliados para ella ser la plena poseedora del poder institucional y también del metaconstitucional para mandar plenamente en México y cosechar la suficiente fuerza para 2027. De no ser así, viviremos un pleno maximato versión Siglo 21.
Así pues, de lo anterior, depende si en Sinaloa tendremos candidato o candidata, y si la orden viene de Palacio Nacional o de Palenque.
En un escenario mayor, vemos que ya se inició la disputa, con visos de violencia, para 2030. Las derechas y la 4T van con todo, incluyendo una feroz guerra mediática como nunca habíamos visto antes en México.