Se nos va el mes de octubre, para los mazatlecos, el llamado mes de los ciclones y para el mundo, el mes rosa como recordatorio de los que han sobrevivido al cáncer de mama y la oportunidad de realizar a lo largo de la mensualidad, actividades que vayan en el sentido de la prevención de la implacable enfermedad que en nuestro País, el año pasado, se llevó poco más de 8 mil afectados, principalmente mujeres y cerca de dos centenas de masculinos de ese fatal universo.
Esto del mes rosa surgió en la década de los 80 figurando como impulsores la American Cancer Society junto con la división farmacéutica de Imperial Chemical Industries, asociación que a partir de 1985 logró oficializar y vestir de rosa a octubre, a manera de frente de batalla del temido cáncer de mama.
Esta variante de cáncer se ha convertido en la principal causa de muerte entre las personas invadidas por tumores malignos, lo cual se magnifica entre la población marginada, por la falta de apertura para realizarse exámenes preventivos, bien sea por ancestrales prejuicios y también por la falta de centros de salud pública al alcance de las comunidades alejadas de las ciudades donde existen instalaciones que de manera gratuita las atiendan.
Sin lugar a dudas, las campañas preventivas realizadas por el Sector Salud y colectivos ciudadanos, se han incrementado, sin embargo, las afectaciones no han dejado de crecer y en ello, además del estilo de vida de las mujeres, grupo vulnerable mayoritario, así como la poca importancia que se le da a la autoexploración y observación constante de los senos, también incide la falta del equipamiento de mastógrafos en el Sector Salud, agregando a este déficit, un número muy reducido de radiólogos y médicos de primer contacto especializados, lo que implica muchas veces diagnósticos equivocados.
Sólo para ilustrar lo comentado, en el sector público de Salud de nuestro País sólo se cuenta con menos de 700 mastógrafos para un universo de más de 40 millones de mujeres de 20 o más años de edad.
Y aún hay más que se agrega al faltante de equipo especializado para la detección oportuna del cáncer de mamá; el desabasto de medicamentos especializados. Si el conseguir cita para la detección vía tamizaje con equipo especializado muchas veces se complica, esto se agrava, para los casos positivos, a la hora del surtido de medicamentos, cuyos precios, en algunos casos, en el mercado son inalcanzables para el grueso de la población. Algunos de ellos, muy específicos para la enfermedad, alcanzan precios por el orden de los 50 mil pesos.
El mes rosa, sin lugar a dudas, es una excelente manera de acentuar la significación de la prevención del cáncer, desgraciadamente, el color insignia de dicha tarea se torna en gris cuando la población afectada inicia la larga y pesada cuesta de conseguir un diagnóstico clínico y en el peor de los casos, tener acceso a terapias y medicamentos para combatir el mal, ya que en este País, para obras monumentales y el juego político nunca falta el dinero, mientras que para el Sector Salud, y en específico para el cáncer de mama, sólo se asignan migajas presupuestales. ¡Buenos días!