Pido perdón anticipado por la utilización de esta palabra ofensiva en nuestra tradición y cultura. Sin embargo, espero que al final coincidamos en la pertinencia de su inclusión.
La persona que dice palabrotas es considerada de malos hábitos y baja cultura. Hay autores que señalan la íntima relación existente entre palabra, pensamiento y acción, aunque difieran en el orden y vinculación.
“Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”, dijo Mahatma Gandhi.
El escritor venezolano Arturo Uslar Pietri invirtió el orden entre palabra y pensamiento, pero coincidió en la acción. “La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán y por obrar como un patán. Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. No se puede pensar limpiamente, ni ejecutar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces. Es la palabra lo que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la acción”.
El 16 de mayo de 1989, Uslar Pietri utilizó irónicamente el término pendejo al ser entrevistado sobre el tema de la corrupción oficial: “Los ciudadanos honestos, los no corruptos son, en algunos casos, calificados como pendejos. Los honestos somos pendejos”.
Incluso, se atrevió a proponer que se confiriera la “Orden de los Pendejos”, a quien no fuera ladrón, corrupto o deshonesto. “Si usted decide meterse a peculador o ladrón, el riesgo de ir a prisión es mínimo. Aquí nadie sufre con meterse a pícaro, porque no hay castigo para eso”, expresó.
¿Soy corrupto y deshonesto? ¿Me enorgullezco de ser pendejo?
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@rodolfodiazf