El plástico del comercio electrónico,
¿el nuevo elefante en la habitación?

Atarraya
03/07/2025 04:01
    El crecimiento del comercio electrónico en México ha sido exponencial, pero con él, ha llegado un nuevo tipo de contaminación silenciosa: aquella que se disfraza de conveniencia, se esconde en cajas bonitas y llega directo a nuestra puerta. A diferencia de las bolsas del súper, estos plásticos no están estrictamente regulados, ni prohibidos, ni sujetos a ninguna política de reducción. Y lo más preocupante: su uso no deja de crecer.

    Este 3 de julio, como cada año, conmemoramos el Día Internacional Libre de Bolsas Plásticas, fecha en la que deberíamos celebrar los avances en la reducción de plásticos de un solo uso; sin embargo, continúa siendo una fecha en la que podemos enlistar una larga serie de cosas que aún no se están haciendo en la materia.

    Aunque la prohibición de bolsas en supermercados y tiendas es realidad en gran parte del País, cada día llegan a nuestras casas toneladas de plástico en forma de envoltorios del comercio electrónico: sobres burbuja, almohadillas de aire, plásticos metalizados y otros empaques que cumplen exactamente la misma función que las bolsas que prohibimos... y que están hechos del mismo tipo de plástico, igual de contaminante, igual de innecesario.

    Algunos datos señalan que más del 80 por ciento de los residuos que llegan al océano están compuestos de plástico que proviene de alguna fuente terrestre, lo que genera un problema para nuestros ecosistemas marinos.

    El crecimiento del comercio electrónico en México ha sido exponencial, pero con él, ha llegado un nuevo tipo de contaminación silenciosa: aquella que se disfraza de conveniencia, se esconde en cajas bonitas y llega directo a nuestra puerta. A diferencia de las bolsas del súper, estos plásticos no están estrictamente regulados, ni prohibidos, ni sujetos a ninguna política de reducción. Y lo más preocupante: su uso no deja de crecer.

    La pregunta es inevitable: ¿por qué celebramos la eliminación de bolsas, pero seguimos ignorando los empaques del comercio electrónico? ¿Por qué hemos logrado cambios en el comercio tradicional, pero no exigimos lo mismo al comercio en línea?

    La solución no es dejar de comprar por internet. El problema no es el comercio electrónico en sí, sino la falta de reglas claras que limiten el uso de empaques plásticos innecesarios. Hay alternativas: adecuar el empaque al producto sin necesidad de llenarlo de plástico innecesario. Lo que falta no es tecnología, sino voluntad política y exigencia ciudadana.

    Para que podamos entender el problema, es necesario señalar que datos del Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México 2022, a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), indican que el comercio electrónico en la capital del País generó poco más de 236 toneladas diarias de residuos plásticos en 2022, lo que representa 29 camiones de basura. Tan sólo en 2021, la Ciudad gastó mil 779 millones de pesos en gestionar los plásticos y 53.4 millones de pesos en la gestión de basura plástica innecesaria del comercio electrónico. Este presupuesto representa más del doble de los recursos asignados al Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la CDMX

    Este 3 de julio, además de celebrar lo logrado, es necesario ampliar la conversación. Porque el plástico es plástico, venga en forma de bolsa o de burbuja, y por eso no podemos permitirnos seguir normalizando la contaminación solo porque llega en una caja con nuestro nombre.

    La lucha contra los plásticos de un solo uso apenas empieza. Y mientras no pongamos sobre la mesa el papel del comercio electrónico en esta crisis, estaremos dejando pasar una de las fuentes de contaminación más evidentes... y más ignoradas.

    La autora es Alma Ugarte, Enlace Legislativo de Oceana en México