El ruido del silencio

    rfonseca@noroeste.com / rodifo54@hotmail.com
    ‘Hay lugares de excelente silencio, el cual nunca es un silencio absoluto, cuando callan por completo las cosas en torno, el vacío de rumor que dejan exige ser ocupado por algo, y entonces oímos el martilleo de nuestro corazón, los latigazos de la sangre en nuestras sienes, el hervor del aire que invade nuestros pulmones y que luego huye afanoso’.

    Cada vez extrañamos más el silencio. En la sociedad de hoy, pertrechados con tantos avances científicos y tecnológicos, parece una empresa imposible. Hay demasiados ruidos, gritos y murmullos que amenazan con emparedar el silencio. Sin embargo, esta preocupación humana no es de hoy. Hace más de un siglo, en 1914, José Ortega y Gasset, en su libro Meditaciones del Quijote, subrayó la dificultad para encontrar silencio:

    “Hay lugares de excelente silencio, el cual nunca es un silencio absoluto, cuando callan por completo las cosas en torno, el vacío de rumor que dejan exige ser ocupado por algo, y entonces oímos el martilleo de nuestro corazón, los latigazos de la sangre en nuestras sienes, el hervor del aire que invade nuestros pulmones y que luego huye afanoso”.

    El escritor noruego, Erling Kagge, señaló que se decidió a escribir El silencio en la era del ruido, porque se dio cuenta de que sus tres hijas, que tenían en ese momento 13, 16 y 19 años, eran incapaces de soportarlo: “Los adolescentes no saben lo que es el silencio, necesitan ruido constante a su alrededor, distracciones permanentes”.

    Indicó que en una ocasión lo invitaron a dar una conferencia en la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, y eligió el tema del silencio. Especificó que durante 18 minutos estuvo hablando del silencio que nos rodea, pero también del silencio que llevamos dentro. Después de la conferencia, acompañó a los estudiantes a un pub, donde continuaron conversando sobre estas tres preguntas: “¿Qué es el silencio? ¿Dónde está? ¿Por qué es más importante que nunca?”

    Kagge siguió reflexionando noche tras noche sobre las posibles respuestas a estas tres preguntas, y así fue como decidió elaborar 33 intentos de respuesta, como se refleja en su libro.

    ¿Desentraño el ruido del silencio?

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