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"Opinión"

"El sector energético y el desarrollo de la economía de México (II)"

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12/04/2019

    Rafael Morgan Ríos

     
    Algunos lectores me pidieron y otros me exigieron, que aclarara lo expuesto en la anterior columna sobre que, “siendo el sector energético parte del problema de la economía de México, puede ser también buena parte de la solución”. Sobre esto hay que insistir en que si se atenúa la presión sobre Pemex en cuanto a su enorme deuda financiera, se disminuiría el riesgo de una rebaja en la calificación soberana del país, lo que pondría la economía nacional en un serio predicamento porque se encarecería la deuda del país a niveles de alto costo. Ahora bien, se pretende dedicar, este mismo año, una inversión de 2 mil 500 millones de dólares a la nueva refinería de Dos Bocas en Tabasco, que es un proyecto a muy largo plazo (de 6 a 8 años), cuando “el rancho se está quemando” ahora, por lo que lo lógico sería utilizar esos recursos en Pemex.
     
    También se pretende echar mano del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) que tiene un saldo de casi 300 mil millones de pesos; sin embargo, esto dejaría al gobierno sin cobertura frente al riesgo de una baja en sus ingresos, cosa que ya se está empezando a dar. Este fondo en buena manera constituye una garantía financiera para efectos claramente estipulados en la ley. Se ve más claro utilizar el Fideicomiso Fondo Mexicano del Petróleo que tiene recursos para esto.
     
    La verdadera solución para mejorar la calificación de Pemex y resguardar la del país, está en continuar las licitaciones y contrataciones con las compañías privadas, nacionales y extranjeras, para la exploración y explotación de nuevas zonas productoras de petróleo crudo en aguas someras y profundas, lo cual le daría a Pemex posibilidades de obtener ingresos de inmediato al cobrarles derechos de participación a las interesados, además de que, con el solo hecho de que se encontraran nuevos yacimientos, ya se calificaría mejor a Pemex y con todo ello se mostraría una mejor viabilidad económica de la empresa.
     
    El negocio de Pemex siempre ha estado en la explotación y venta de petróleo crudo. En cambio, la refinación y obtención de gasolinas y diesel históricamente ha sido perdidosa, sea por maquinaria obsoleta y falta de mantenimiento, o bien por ineficiencia administrativa.
     Actualmente las refinerías están produciendo a un nivel de 35/37 por ciento de su capacidad. Se le van a invertir 3 mil 500 millones de pesos a la refinería Madero, pero modernizar todo el sistema de refinación costaría alrededor de 25 mil millones de pesos.
     
    La precaria situación financiera y de operación de Pemex se refleja en los Informes Financieros de 2018; según el Sr. Guillermo Zamarripa en Excelsior:
     
    1. La producción de crudo ha bajado a 1.83 millones de barriles de petróleo, es decir, casi 6 por ciento menos que en 2017, que a su vez ya había bajado más de 9 por ciento respecto a 2016.
     
    2. Se pagaron, por concepto de impuestos y derechos, 451 mil millones de pesos, que fueron el 27 por ciento del total de los ingresos.
     
    3. La pérdida neta en 2018 fue de 148 mil millones de pesos.
     
    4. El capital contable es negativo en un billón 417 mil millones de pesos, que representa el 7 por ciento del PIB, pues los activos apenas son 2 billones 116 mil millones de pesos contra pasivos totales por 3 billones 534 mil millones de pesos.
     
    5. Del pasivo total, el financiero, es decir, la deuda a instituciones y bonos, es de 106 mil millones de dólares, de los cuales se deben refinanciar entre 6 y 7 mil millones de dólares este año y casi 20 mil millones de dólares más en los siguientes dos años.
     
    6. El costo financiero de la deuda es de 197 mil millones de pesos anuales.
     
    7. El pasivo por pensiones llega ya a un billón 081 mil millones de pesos.
     
    8. Este año el déficit del sector petrolero es el más alto que se ha tenido pues se exportó crudo por 4 mil 593 millones de dólares, pero se importaron productos, principalmente gasolinas, por 7 mil 690 millones de dólares, lo cual arrojó un déficit de 3 mil 097 millones de dólares.
     
    Las calificadoras insisten también en la necesidad de mantener un gobierno corporativo en Pemex, con los cinco consejeros independientes en el Consejo de Administración, pues ya renunciaron los tres que estaban; se requiere la presencia de la Comisión Nacional de Hidrocarburos que debe aprobar los planes de inversión y la Comisión Reguladora de Energía.
     
    Como se puede apreciar, la situación económica de Pemex y de México es delicada, pero sí existen algunas soluciones que, si se aplican sin dobles intenciones, con profesionalidad y visión de estado, se lograría posicionar mejor a la empresa y al país.

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