El último beso es testamento de amor con que se rubrica el cariño y ternura hacia el ser amado. Hay ocasiones en que otorga para celebrar la vida o en una relación fecunda; sin embargo, hay otras dolorosas y crueles, en que se convierte en bálsamo de despedida, o crudo remordimiento por celos.
Varias canciones exaltan el último beso, como la escrita por Wayne Cochran en 1961, que narraba un accidente carretero en el que el conductor del auto estrellado le dio un último beso a su novia antes de que ésta falleciera.
Asimismo, una canción escrita por Joan Sebastian e interpretada por Vicente Fernández, donde el intérprete afirma que si supiera que era el último beso que daría a su amada, todavía estaría besándola.
Hay una narración dramática en que una madre le pide a su hijo un beso antes de irse a la escuela, y éste se lo niega alegando que no le alcanza el tiempo, sin saber que cuando terminen sus clases y regrese, ella ya estará muerta.
Dramática y soberbia fue, también, la excelente interpretación que hizo el tenor Carlos Osuna del aria “Nium mi tema”, de la ópera Otello, de Verdi, cuando participó como invitado de honor (pues actualmente es solista de la Ópera de Viena) en la “Gala Bohéme y mucho más”, ofrecida por el TAOS, en memoria del tenor y gran maestro, David Ramírez.
En dicha aria, el celoso Otelo subraya haber besado a su esposa, Desdémona, antes de asesinarla, y ahora, arrepentido de su acción, quisiera arrancar un último beso de los inertes labios de su amada.
El final del concierto fue muy emotivo, pues se invitó a todos los exalumnos de David Ramírez a entonar el “Va pensiero”, de Nabucco, de Verdi.
¿Regateo expresar mis sentimientos?
