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"Opinión"

"En busca de los nerds"

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ANTE NOTARIO

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    En una sociedad mediocre integrada por personas que se complacen con vivir a la sombra de otros o de sobrevivir a consecuencia del esfuerzo ajeno, sea por la ruleta de la vida o por una decisión clara de abusar de los demás, no tienen cabida las personas inteligentes y estudiosas, menos aún si además son retraídas y poco sociables.

    Los flojos, que no necesariamente carecen de inteligencia, justifican su decisión y arremeten: “se la pasó estudiando y mira ni chamba tiene”. En cambio yo, muy orgullosamente, casi ni estudié y mira la casa que tengo, los viajes que hago. Me la pasé de pelos en la universidad, “solo se vive una vez”.

    Lamentablemente el nerd no es el que construyó la infraestructura de las carreteras, hospitales y escuelas que hoy, con una simple lluvia, se inundan o se caen. Se producen daños que pagamos todos porque el constructor no estudió lo suficiente ni tuvo interés en dejar a la comunidad una buena obra. No tiene incentivos para hacerlo pues basta “correr traslado” con un porcentaje para que la obra se asigne. Al cabo para socializar es muy buen anfitrión. 

    Uso ese ejemplo cotidiano como introducción para que sirva de reflexión sobre un aspecto que, aunque parezca jocoso, es una tragedia nacional.

    Por un lado, autoridades desprecian a los científicos y a su trabajo. Sin ciencia no hay progreso. Si estamos vivos es gracias a la ciencia. Sin ciencia no habría vacunas, alimentos inocuos y suficientes (a pesar de la lastimera hambruna). El conocimiento es la base de la tecnología y de la innovación. Así se produce bienestar no con dispendio público en seudo programas sociales.

    Por otro lado, los gobiernos quitan apoyo a los jóvenes talentosos que, sin una beca, no podrán estudiar en el extranjero y regresar a México a construir un mejor futuro. Los nerds, que pertenecen a las clases económicas más vulnerables, dependen del apoyo de todos para que produzcan conocimiento frontera.

    Mientras eso sucede, aquellos que se ufanaron de ser flojos y mediocres son premiados con puestos públicos y jugosas concesiones y licitaciones. Sus familias aprenden por imitación. La estirpe reproduce hábitos.

    Los nerds están en peligro de extinción. Antes por lo menos se les toleraba enviándolos a centros de investigación donde no tenían que socializar, pero gracias a sus descubrimientos todos vivimos mejor. Hasta los flojos que les hacían acoso escolar con el consentimiento pasivo de autoridades escolares.

    Si queremos que las ciudades se diseñen mejor, hay que voltear a ver a quienes producen conocimiento y a quienes estudian urbanismo. Pero si lo que nos importa es firmar contratos para cobrar una buena lana, sin detenerse a pensar en la utilidad de la obra, sigamos como hasta hoy, premiando a los mediocres.

    Si México quiere, en serio, avanzar, debe olvidar la polarización social y la politización de todo. La solución está en fomentar el estudio y el esfuerzo y apoyar decididamente a los nerds.

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