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"Defensor del Lector"

"¿Enjugar o enjuagar?"

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ÉTHOS
29/12/2018 20:53

     

    En la página 3B de la sección Local del viernes 21 de diciembre, en la edición de Culiacán, se publicó como nota principal el contenido del Mensaje de Navidad del obispo Jonás Guerrero Corona. Sin embargo, en el segundo párrafo se escribió un verbo equivocado.
     
    “Hay más alegría en dar que recibir, esa es la Navidad, hay más gozo en el perdón que en la venganza, es más satisfactorio compartir que acaparar o acumular, se experimenta dicha cuando enjuago una lágrima más que al provocarla”, señaló.
     
    Este defensor se comunicó con el Padre Esteban Robles, Vocero del Obispado, para preguntar si habían dado por escrito el texto del mensaje para constatar si el error era de origen, o si la reportera había escrito mal el verbo.
     
    El Padre respondió que no había texto escrito, pero que me enviaría el audio, cosa que hizo inmediatamente. Al escucharlo, constaté que el obispo dijo “enjugar”, no “enjuagar”.
     
    Al comentar este error con la reportera me enseñó el original de la nota que envió al editor, en donde estaba correctamente escrito el verbo. Platicando con el editor se extrañó del cambio de verbo y manifestó que tal vez el sistema cambió automáticamente la palabra, cosa que iba a checar.
     
    Para distinguir el significado de los dos diferentes verbos, acudiremos a la explicación brindada en el portal Laboratorio del Lenguaje por el doctor en Medicina, especialista en Pediatría y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, José Ignacio de Arana.
     
    “Una letra, sólo una, diferencia la ortografía de estos verbos que, sin embargo, tienen significados bien distintos y, en algún sentido, opuestos.
     
    Enjuagar es aclarar y limpiar con agua lo que se ha jabonado o fregado, principalmente las vasijas; y también lavar ligeramente o limpiar la boca y dentadura con un líquido adecuado.
     
    Enjugar, del latín exsucare, dejar sin jugo, es quitar la humedad superficial de algo absorbiéndola con un paño, una esponja, etc.; también, limpiar la humedad que echa de sí el cuerpo, o la que recibe mojándose; otras acepciones que recoge el diccionario de la Real Academia son: cancelar, extinguir una deuda o un déficit y enmagrecer, perder parte de la gordura que se tenía.
     
    Es decir, lo que el uno moja, el otro lo seca.
     
    El desuso en el que ha caído el segundo de estos verbos hace que su manejo, su conjugación, resulte a veces confusa y podamos escuchar que alguien se ha ‘enjugado las manos con agua y jabón’ o que la enfermera ‘enjuaga con un paño el sudor que perla la frente de un enfermo’”.
    No son errores demasiado graves porque el oyente deduce por el resto de la frase lo que se quiere decir, pero sí un atentado, uno más, a la pureza y riqueza del lenguaje español.
     
    Aprovecho para mencionar otro hermoso verbo de nuestro idioma, asimismo tocante a nuestra profesión, que también parece haberse desterrado del habla. Me refiero a restañar, detener una hemorragia o el derrame de otro líquido; además, no se ha sustituido, que yo sepa, por otro que en una sola palabra exprese ese concepto tan estrechamente unido al trabajo médico”.
     
    El verbo policializar
     
    El estimado amigo y profesor, David Rubio Gutiérrez, se comunicó telefónicamente para hacer una consulta sobre si era lícito convertir un sustantivo en verbo, refiriéndose al empleo de la palabra policializar en el artículo escrito por el director general de Noroeste, titulado: “La Guardia Nacional y el mito de policializar al Ejército”, en la página 6A de la sección principal del domingo 23 de diciembre, en ambas ediciones.
     
    El profesor señaló que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, fue quien advirtió: “vamos a policializar al Ejército, no a militarizar a la policía ni el combate a la inseguridad”. Empero, solicitó una opinión al respecto.
     
    No siempre se pueden formar verbos derivados de sustantivos, pero la Real Academia Española ya acepta muchos, como militarizar, mimeografiar, escanear, recepcionar, tuitear. Y no es remoto que pronto acepte el de policializar. Este proceso de formación de palabras es conocido como morfología léxica, que estudia la estructura de las palabras y las pautas que permiten construirlas o derivarlas de otras. 
    El verbo militarizar proviene del sustantivo militar (en latín militaris: persona dedicada a la milicia o guerra o asunto relativo a ella), al que se agrega el sufijo verbalizador “izar”.
     
    Citemos dos ejemplos: En el caso del verbo “hinchar”, el diccionario de la RAE, en su primera acepción, señala: “Hacer que aumente de volumen algún objeto o cuerpo, llenándolo de aire u otra cosa. U. t. c. prnl”, pero en la quinta acepción admite: “intr. Arg., Par. y Ur. Apoyar con entusiasmo a un equipo deportivo”.
     
    Otro caso es el del verbo “jardinear”, en el que se dice:
    “1. intr. Chile, El Salv. y Ven. Trabajar en el jardín por afición”.
     
     
    Omiten tilde diacrítica
     
    En la página 5D de la sección Score del miércoles 19 de diciembre, en ambas ediciones, se omitió la tilde diacrítica de una palabra en el pie de foto principal: “Chivas jamás supo como hacer daño pese a tener dos jugadores más”.
     
    En el portal de  fundeu.es se dice lo siguiente:
    “Cómo se escribe con tilde cuando tiene valor interrogativo o exclamativo, mientras que carece de ella en el resto de los casos”.
     
    El término como, sin tilde, puede ser un adverbio, «Hazlo como quieras»; una conjunción, «Alberto es tan fuerte como Paco»; y una preposición «Como amigo, no deberías hacer eso».
    Se escribe con tilde, cómo, cuando es interrogativo o exclamativo: «¿Cómo lo has hecho?» o «¡Cómo hace Paco las tortillas!».
     
    El hecho de que esta palabra vaya en una oración interrogativa o exclamativa no significa que sea exclamativa o interrogativa; por tanto, no debe llevar tilde: “¿Como lo has hecho tú, estaba bien?”.
     
     
    Le reducen sueldo
     
    La nota principal del jueves 20 de diciembre, en la edición de Culiacán fue sobre el sueldo del Rector de la UAS. En la edición de Mazatlán fue la nota secundaria, porque de principal se llevó la declaración del Alcalde porteño sobre el gran negocio que hicieron despachos jurídicos particulares en la Comuna.
     
    La información destacó que el Rector percibe mensualmente una cantidad casi equivalente al sueldo del Gobernador del Estado y del Presidente de la República. La cabeza de la nota fue: “Gana Rector lo que Quirino y AMLO juntos”.
     
    Sin embargo, el editor sí se encargó de bajarle el sueldo al Rector al redactar el sumario sin la palabra “mil” en la edición de Culiacán (la de Mazatlán no llevó porque era nota secundaria):
    “Con un sueldo bruto de 181 mensuales, Guerra Liera obtiene remuneraciones mucho mayores que el Gobernador de Sinaloa y el Presidente de México”.
     
    Agradezco sus comentarios, quejas, dudas, críticas y sugerencias.
    ¡Feliz Año Nuevo!