Enseñar para transformar: un reconocimiento a maestras y maestros

15/05/2025 04:02
    Este 15 de mayo no es sólo una fecha para agradecer, sino para reconocer con seriedad y compromiso el valor de quienes propician el aprendizaje en condiciones muchas veces adversas.

    En cada comunidad, por pequeña o grande que sea, hay una figura que representa constancia, esperanza y transformación: las y los maestros. Son quienes, día a día, hacen posible que niñas, niños y adolescentes aprendan, se expresen, desarrollen pensamiento crítico y participen activamente en su entorno.

    Este 15 de mayo no es sólo una fecha para agradecer, sino para reconocer con seriedad y compromiso el valor de quienes propician el aprendizaje en condiciones muchas veces adversas. Porque ser docente en México no es sencillo. En demasiadas ocasiones, implica trabajar sin materiales suficientes, en aulas deterioradas, con grupos numerosos o en comunidades marcadas por la violencia.

    En Sinaloa, la crisis de inseguridad ha tocado la vida escolar. Hay zonas donde se han suspendido clases por enfrentamientos, comunidades desplazadas y caminos escolares que implican riesgo. Aun así, 59 mil 093 docentes forman parte del sistema educativo en el estado actualmente, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Son 59 mil 093 personas que enseñan, acompañan y sostienen la vida escolar en medio de la incertidumbre.

    En este contexto, el papel de maestras y maestros va más allá de la enseñanza. Son garantes del derecho de niñas, niños y adolescentes a aprender, a estar en la escuela y a participar activamente. Son figuras de confianza y de contención emocional; referentes comunitarios que, muchas veces, son el único vínculo hacia un futuro próspero.

    Por eso, el reconocimiento a su labor no puede ser únicamente simbólico. Necesitamos que sea un compromiso sostenido, tanto institucional como social. Reconocer a las y los docentes significa garantizar condiciones laborales dignas, salarios justos, acceso a formación continua y participación real en las decisiones educativas. Significa también valorar su voz, su experiencia y su liderazgo como pilares de la transformación que el país y el estado requieren.

    La Unesco ha destacado consistentemente la importancia de invertir en la formación y el desarrollo profesional de las y los docentes como una de las estrategias más costo-efectivas para mejorar los resultados educativos. En su Informe Mundial sobre el Personal Docente (2025), señala que se necesitarán 44 millones de nuevos maestros para el año 2030. Además de evidenciar desigualdades salariales, el informe subraya que la calidad de la enseñanza -y por lo tanto del aprendizaje- mejora sustancialmente cuando las y los docentes cuentan con formación adecuada, actualizada y contextualizada. Los países que invierten en el desarrollo profesional docente logran mejores resultados de aprendizaje, particularmente cuando este se vincula con prácticas pedagógicas activas, reales y pertinentes.

    Estas líneas las escribo desde la gratitud personal. Tuve maestras y maestros que marcaron mi vida para siempre. A través de su ejemplo, su entrega y su forma de acompañar, entendí que enseñar es transformar. Ese aprendizaje me acompaña todos los días, y me compromete aún más con la causa educativa.

    #AprenderImporta