Envejecer
por dentro

    En ocasiones vivimos con poca alegría y regocijo, cualidades que le confieren juventud y lozanía a cualquier época o etapa de la vida. Sin embargo, tampoco hay que exagerar la nota y concederle enfermiza importancia a considerar siempre el lado positivo de la vida, como hacen muchos libros de autoayuda.

    Son muy conocidas las frases entusiastas de que el cuero (o la piel) es el que se arruga y envejece, pero lo importante es no envejecer por dentro y conservar un ánimo optimista, aunque se lleven a cuesta los años.

    Las frases tienen mucha certidumbre porque en ocasiones vivimos con poca alegría y regocijo, cualidades que le confieren juventud y lozanía a cualquier época o etapa de la vida. Sin embargo, tampoco hay que exagerar la nota y concederle enfermiza importancia a considerar siempre el lado positivo de la vida, como hacen muchos libros de autoayuda.

    Bárbara Ehrenreich, en su libro Sonríe o Muere. La Trampa del Pensamiento Positivo, precisó que en los foros prevalece un discurso de forzado optimismo, como si fuera una epidemia de felicidad, para subrayar que sólo con una actitud positiva se puede superar cualquier enfermedad o situación conflictiva, aun cuando sea cáncer terminal, como si milagrosamente se fortaleciera el sistema inmunológico y se alcanzaran la salud y el éxito.

    Ehrenreich sugirió fortalecer el pensamiento crítico, que conlleva una certera dosis de escepticismo, para enfrentarse cara a cara con la realidad. Tiene razón, pero tampoco conviene cerrar los ojos completamente al pensamiento positivo, como recomendó el Papa Francisco a los jóvenes eslovacos:

    “No se dejen aprisionar por la tristeza, por el desánimo resignado de quien dice que nunca cambiará nada. Si se cree en esto uno se enferma de pesimismo. ¿Y ustedes han visto la cara de un joven pesimista? ¿Han visto qué cara tiene? Una cara amargada, una cara de amargura. El pesimismo nos enferma de amargura. Se envejece por dentro. Y se envejece siendo jóvenes... Hoy existen muchas fuerzas disgregadoras, muchos que culpan a todos y todo, amplificadores de negatividad, profesionales de las quejas”.

    ¿Soy pesimista? ¿Envejezco por dentro?

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