Querido lector, si a Usted...perdón, a tí, te molesta que te digan “señor”, “don” o “doña”, porque sientes que aún eres joven para que te hablen de “Usted”, aunque tienes más de cuarenta años. Si utilizas lenguaje urbano para comunicarte con tus amigos y amigas, que por lo general son más jóvenes que tú. Si ya tienes hijos o nietos, pero te gusta salir de parranda, aunque la resaca te dure tres días o más. Si siempre vas tras una chica, o chico más joven que tú, aunque no te haga caso. Si te gusta vestir de tenis, cachucha y camisas floreadas. Si tienes una cuenta de Instagram, y compartes fotos ejercitándote, y subes historias de la fiesta en la que te encuentras. Bailas reguetón, pero te emocionas más cuando ponen en el antro música de timbiriche, déjame decirte que eres un auténtico “chavorruco”.
La Academia Mexicana de la Lengua, define la palabra “chavorruco” para referirse a “una persona de edad avanzada que, a la manera de los jóvenes, actúa y se viste según la moda”. Se forma a partir de las palabras chavo (persona joven que está a la moda) y ruco que se usa despectivamente para referirse a una persona de edad avanzada.
Para algunas personas es difícil aceptar el paso del tiempo; se niegan a admitir que la mejor etapa de la vida ha terminado. Que ya no pueden hacer ciertas cosas y que su aspecto luce diferente, y por dentro están llenos de energía y vitalidad. Por eso, adoptan actitudes juveniles tanto en la forma de vestir como de comportarse. A este comportamiento se le conoce como “midorexia”.
Fue en el año 2016 cuando el término “midorexia” fue utilizado por primera vez. Lo acuñó la reportera Shane Watson, para describir a aquellas personas que llegaban a la madurez y se sentían “fabulosas”.
No hay una edad exacta para definir a un “chavorruco” o “chavarruca”, pero la midorexia se presenta en personas cuyas edades oscilan entre los cuarenta y los cincuenta años, pero aparentemente ocurre también en edades superiores, presentando comportamientos “poco apropiados” para su edad.
Pero no te preocupes, esto no es algo malo, sino todo lo contrario. En la actualidad, los que tenemos más de 40 años podemos acceder a una mejor calidad de vida que la que tenían nuestros padres o abuelos. Gracias a los sistemas de salud que tenemos ahora, la expectativa de vida ha aumentado significativamente. Hoy la esperanza de vida es de 78 años para las mujeres y 71 años para los hombres, entonces a los cuarenta años estamos en plenitud. En el caso de las mujeres a esa edad son fuertes, activas y atractivas; llenas de conocimiento y, gracias a los movimientos femeninos, ahora ganan su propio dinero y son independientes.
Tanto en hombres como en mujeres, esto se refleja en casi todos los aspectos de la vida diaria. Las barreras de la edad se han diluido en lo que se refiere a relaciones personales, belleza, moda o deporte, porque los años, como eran concebidos, ya no lo son. Los “chavorrucos” y “chavarrucas”, viven la vida a plenitud, fuera de los estereotipos clásicos del Siglo 20, y sin importar el “qué dirán”.
Ahora, cualquier hombre o mujer, con más de cuarenta años se mantiene activa físicamente, hace las mismas cosas que cualquier joven. Por eso, los cuarentas son los nuevos treintas, y los cincuentas...también.
Viéndolo desde una perspectiva personal, esta es una etapa de la vida bastante “chida”, porque puedes disfrutar de las cosas que hacías en tus veintes, pero ahora desde una posición privilegiada con madurez emocional, con bastante tiempo libre y, sobre todo, con estabilidad económica.
Porque la vida no ha terminado, yo soy orgullosamente un “chavorruco” ¿y tú?
Es cuanto...
Un saludo al CROA (Club de Rucos de Olas Altas) en especial a mi amigo babyboomer, Juan Carlos Medina, que, sin saberlo, y disfrutando de unas cervezas, me dio la idea de esta columna.
