Evaluación de ideas y oportunidades de negocio

    Definir si estamos frente a una oportunidad de negocios requiere de un análisis racional que nos permitan reconocer o validar una idea como tal.

    Seguramente has soñado despierto, imaginando hasta el más mínimo detalle de tu empresa, incluso puedes escuchar el murmullo de los pasillos y sientes la adrenalina de imaginarte tomando grandes decisiones. Y, también seguramente, a partir de una idea que brincó en tu mente. En la trinidad básica para tomar una oportunidad de negocio, las ideas suelen ser las primeras en aparecer claras; sin embargo, también es necesario encontrar la presencia de nuestras ideas dentro del mercado, así como analizar cuál es su rentabilidad.

    Una vez que tengamos la trinidad completa, podremos dejar de soñar... para comenzar a realizar nuestra idea y sobre todo en una época difícil por la atravesamos en la actualidad con una crisis de salud y económica, que también por supuesto abren las puertas a nuevas oportunidades de negocios, sobre todo relacionados con el entorno en que se vive. En época de crisis no cabe añorar como sucedió cuando fundó la empresa; solo es tiempo de despertar y dejar de soñar; no ver la época dorada del negocio sino la dura realidad. El permanecer soñando en estos momentos de crisis solo asegura una derrota contundente en los negocios.

    Las oportunidades no solo son escasas, sino que cuando se presentan, se presentan disfrazadas de problemas. Estos se hacen notorios poco después de la etapa de ensoñación que germinó con la idea cuando es momento de insertar la idea de nuestro futuro negocio dentro de su contexto. El primer problema disfrazado es no conocer a aquellos que comprarán tu producto o servicio: es momento de pensar menos en aquello que te gustaría a ti, y pensar más en los otros. Lleva a cabo estudios de mercado, partiendo desde aquello que ofreces y encuentra el contexto al que deleitarás con tu producto o servicio.

    La economía a nivel mundial está en constante movimiento y evolución, así como está compuesta por una gran cantidad de elementos. Entre estos, el mercado y la rentabilidad. Ya que el mercado es esencialmente el espacio físico donde se dan los intercambios y una vez que sabes a quiénes va dirigida tu idea, debes localizar cómo sustentarla desde su propia rentabilidad para saber cuáles son los beneficios o ganancias conseguidas o que pueden obtenerse de una inversión. Administrar recursos y generar utilidades es un gran desafío para quienes comienzan el camino empresarial, sin embargo, al conocer tu mercado, podrás seguir una serie de puntos que tu ayudarán a sentar una trinidad firme para poner en marcha tu idea:

    > Genera valor en tu marca. Creemos que tener un buen producto es suficiente para posicionarnos dentro del mercado, cuando en realidad debemos enfocarnos en crear un producto que genere una experiencia deleitante. Un ejemplo muy claro de esto es Coca Cola: si bien el producto que ofrece es una serie de bebidas gaseosas, aquello que promueve como experiencia es el valor de la familia. ¡Encuentra tu valor en el mercado!

    > Otorga una experiencia única en tu mercado. Si el cliente está deleitado con tu valor y además su experiencia como cliente es más que satisfactoria, te habrás asegurado de generar fidelidad dentro de tu segmento de mercado y, por tanto, podrás generar números de rentabilidad satisfactorios.

    > Ten un seguimiento financiero cuidadoso y tómalo como guía. Conocer y comprender los números de tu empresa te permitirá establecer una asignación de precios que satisfaga tanto las necesidades de tu empresa como la de tus clientes y consumidores. Usa los números como guía para no dar paso en falso.

    Algunos aspectos que llevaron al fracaso de muchos proyectos de emprendedores.

    -Existencia de un mercado total muy pequeño y competido, sin perspectivas de diferenciación.

    -Poca claridad en la identificación de la necesidad que se pretende satisfacer en la clientela.

    -Incapacidad para desarrollar ventajas competitivas.

    -Existencia de una competencia dominante y un alto costo de entrada para acceder a una porción de clientes.

    -Incapacidad técnica y financiera para elaboración de productos diferenciados a precios competitivos.

    -Exagerado nivel de endeudamiento financiero.

    Como todo gran proyecto en la vida, recuerda que una actitud de líder marcará el ritmo con el que manejarás tu empresa. Aunque muchos aparentes “problemas” puedan desprenderse, recuerda que no son sino retos desde los cuales aprender: para ser líderes hay que trascender a los problemas; todo líder tiene problemas y fracasos, sin embargo, adoptar una actitud de curiosidad y resiliencia lo lleva a tomarlos como experiencias de aprendizaje y más en épocas de crisis en donde la mayoría entra en pánico y se paraliza tanto en su empresa actual como en la generación de nuevos negocios.

    Así, tu trinidad ideas, mercado y rentabilidad encontrarán su presencia en el mundo empresarial. Una vez que tu idea sea viable bajo este análisis, te recomiendo que inviertas recursos de manera eficiente para promocionarlo, el mercado potencial necesita ver una buena presentación de ti y tu negocio.

    El impacto que tiene una empresa va mucho más allá de los dividendos que genera. “Esta es la diferencia entre ganancias y la verdadera riqueza” Hamdi Ulukuya.

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