¿Evaluar a alcaldes por la violencia?
Los informes contra partes de guerra

OBSERVATORIO
29/10/2025 04:02
    Muy marcadamente en Mazatlán y Navolato, donde la Alcaldesa Estrella Palacios Domínguez y el Edil Jorge Rosario Bojórquez Berrelleza ya presentaron el primer balance anual, y en Culiacán con el informe que Juan de Dios Gámez Mendívil rinde hoy ante el Cabildo, la cortina de violencia y miedo que despliega el crimen organizado dificulta medir a los munícipes por los resultados en los ámbitos que sí les competen.

    Con atribuciones solamente de prevención de delitos y atención a ilícitos menores encuadrados en faltas administrativas, a los presidentes municipales que rinden informes de labores no se les debería evaluar su desempeño con base a los crímenes del orden federal que se han incrementado debido al conflicto entre los dos principales segmentos que integran el Cártel de Sinaloa, sin embargo, el juicio social los halla culpables y les dicta sentencias inapelables.

    Muy marcadamente en Mazatlán y Navolato, donde la Alcaldesa Estrella Palacios Domínguez y el Edil Jorge Rosario Bojórquez Berrelleza ya presentaron el primer balance anual, y en Culiacán con el informe que Juan de Dios Gámez Mendívil rinde hoy ante el Cabildo, la cortina de violencia y miedo que despliega el crimen organizado dificulta medir a los munícipes por los resultados en los ámbitos que sí les competen.

    El planteamiento de eliminar la bruma de la barbarie con tal de clarificar los avances y atrasos en la rendición de cuentas de las y los alcaldes parecería irrazonable no obstante que la Constitución delimita lo que es del ámbito de la seguridad pública municipal. Por ejemplo, por más que Estrella Palacios toque a diario el tema de la protección ciudadana, insistiendo en que Mazatlán es seguro para habitantes y visitantes, esto encaja en su función de gestora de paz.

    Palacios logra una gran aprobación en los mazatlecos a pesar de que la acción de la delincuencia golpea la imagen del puerto, pero ¿no la de su gobierno? A diario abandona la comodidad del despacho y se sumerge en la vida popular empapándose del sentimiento social. Logros en materia de Senderos de Paz, mejora del alumbrado público sin la opacidad que le imprimió a las luminarias su antecesor Luis Guillermo Benítez, y en contraparte descuidos en el tema de la transparencia que todavía no hacen mella en la evaluación de la sociedad que es la de mayor nivel de politización del estado.

    En Navolato, otro de los principales campos de batalla en la narcoguerra, el Alcalde Jorge Bojórquez realiza un gobierno con limitadas finanzas públicas, el desastre administrativo y los rezagos en infraestructura y equipamiento que le heredó la antecesora Margoth Urrea, pero no le impiden restablecer la confianza y la esperanza. Es decir, simultáneo a las tareas federal y estatal para recuperar la seguridad, corre el esfuerzo del Edil por restablecer la participación ciudadana.

    Culiacán, a contracorriente de la enorme carga que le significa el estigma de ser cuna del narcotráfico que la pone bajo la morbosa observación nacional e internacional, presenta algunos signos de gobernabilidad que resaltan por la no interrupción de servicios públicos, las obras que no se detienen en colonias y sindicaturas y la incursión en proyectos de cultura y artes, como la Feria del Libro y convenios con la Cineteca Nacional y Estudios Churubusco. Viéndolo con ojos de entereza resignifican la pertinaz batalla social contra la incivilidad.

    Gámez Mendívil, quien hoy le entrega al Cabildo el Primer Informe, vino a romper con el estilo estrafalario del morenista Jesús Estrada Ferreiro que le apostó al ridículo cuando el municipio le exigía sobriedad política y altura de miras. Quizá la intención de ser un Alcalde de bajo perfil, estilo llevado al ras de la invisibilidad, le ha costado al actual gobernante de Culiacán que poco se conozcan aciertos como el Cabildo Abierto que ayer sesionó en la comunidad de Tabalá, Sindicatura de San Lorenzo.

    No es tan fácil ser Alcaldesa o Alcalde en el contexto de la guerra entre narcos que arrasa con todo concepto de eficiencia. Los presidentes municipales son, al final de cuentas, víctimas colaterales de la crisis de la seguridad pública que no les corresponde resolver y en la cual los delitos consuetudinarios se mimetizan con la acción del alto crimen para parecer parte del choque intracártel.

    A los alcaldes sí les compete, y en todo caso es materia para tasarlos en eficiencia o ineptitud, la labor que realizan para afianzar el tejido social como único pilar firme de la indispensable pacificación. A comunidades diezmadas por homicidios dolosos, desapariciones forzadas, pérdidas patrimoniales y vida productiva en parálisis, les urgen gobiernos de proximidad y sensibles.

    Así que ni se agüiten si reprueban el examen social a cuyos sinodales no se les puede exigir ecuanimidad entre balas y muertes.

    Reverso

    No hay ciudadano que alabe,

    A alcaldes en esta cruel fase,

    Porque no importa quién la hace,

    Sino político que la pague.

    Elevación y caída

    Excepto el caso del Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil que al igual que el Senador Enrique Inzunza Cázarez sí figuran como precandidatos a la Gubernatura en caso de que la decisión del Movimiento Regeneración Nacional vire repentinamente hacia la legión masculina, las y los demás ediles no deben entender el proceso de sucesión como concurso de simpatías o de oratoria porque se trata de la decisión en la cual llevará mano la Presidenta Claudia Sheinbaum con la toma de opinión al Gobernador Rubén Rocha Moya. Se les aconseja que no se suban nomás porque sí en la nube futurista porque caerán, como dice la canción, desde 20 mil metros de altura y no precisamente aterrizarán en los brazos de hermosas candidaturas.