Éxtasis: otra droga de uso recreativo con potencial terapéutico

14/05/2023 04:16
    Aunque la terapia por sí misma es útil para muchas personas con PTSD, se vuelve mucho más efectiva cuando se agrega el medicamento a la ecuación. Los investigadores creen que el MDMA es una herramienta útil en combinación con la terapia porque prepara el cerebro para el aprendizaje y el cambio.

    alberto.kousuke@uas.edu.mx

    Cuando uno piensa en éxtasis, se le viene a la mente un grupo de “orcos” (conocidos así coloquialmente por consumir éxtasis y bailar por horas frente al DJ) en los bares alternativos de Culiacán.

    El éxtasis, también conocido como MDMA (metilendioximetanfetamina) o “molly”, es una droga estimulante y alucinógena que afecta el sistema nervioso central. Su mecanismo de acción se basa en la modulación de varios neurotransmisores, principalmente la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.

    Este se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y atraviesa la barrera hematoencefálica, lo que permite que llegue al cerebro. Una vez allí, el MDMA interactúa con las neuronas y afecta la liberación, recaptación y síntesis de los neurotransmisores mencionados previamente.

    El principal efecto del MDMA es el aumento de la liberación de serotonina en el cerebro. La serotonina es un neurotransmisor que está involucrado en la regulación del estado de ánimo, el sueño, la memoria y la sensación de bienestar. Al incrementar los niveles de serotonina, el MDMA produce una sensación de euforia, empatía y cercanía emocional con los demás. Además, el MDMA también aumenta la liberación de dopamina, otro neurotransmisor asociado con la recompensa y el placer. Esto puede generar una sensación de intensa felicidad y euforia.

    Sin embargo, el MDMA también puede tener efectos secundarios negativos, tales como aumento de la temperatura corporal y disminución de la capacidad para regular la hidratación (lo que puede llevar a la deshidratación). Esto puede causar daño a los órganos y en casos extremos, la muerte. Asimismo, puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que puede ser especialmente peligroso para personas con problemas cardíacos preexistentes. Por último, el MDMA puede interferir con los patrones normales de sueño y llevar ocasionar dificultades para conciliar el sueño y disminuir la fatiga.

    A pesar de que esta droga es utilizada exclusivamente para la fiesta ¿Qué pasaría si la solución a una de las condiciones psicológicas más devastadoras fuera el MDMA?

    El trastorno de estrés postraumático, o PTSD, afecta a una gran parte de nuestra población. Y aunque los tratamientos que usamos hoy en día varían, en el mejor de los casos solo tienen un 50 por ciento de efectividad.

    Una nueva investigación sugiere que las personas diagnosticadas con PTSD pueden experimentar una gran mejoría con MDMA. Las personas con PTSD a menudo experimentan miedo o estrés, incluso cuando no están en peligro. Esto puede ser resultado de una variedad de experiencias previas, como presenciar la muerte de alguien o una agresión física. Una persona con PTSD experimenta síntomas como flashbacks, respuestas emocionales adormecidas y problemas para dormir. Es un padecimiento afecta todos los aspectos de la vida.

    A pesar de su amplio impacto, los investigadores no están totalmente seguros de lo que sucede en el cuerpo y el cerebro. Una sustancia química que podría contener algunas respuestas a este padecimiento es la oxitocina. Esta es una molécula que regula la ansiedad y los recuerdos. Estudios con ratas sugieren que cuando existe mucha ansiedad, la oxitocina va principalmente al centro emocional del cerebro, la amígdala, y disminuye el miedo y la ansiedad. Eso significa que la oxitocina nos ayuda a mantenernos en un estado de paz.

    Se ha encontrado que los pacientes con PTSD tienen significativamente menos oxitocina que las personas sin la afección. Las personas que tienen una variedad particular de genes relacionados con la producción de oxitocina pueden tener un mayor riesgo de PTSD. Algunas personas pueden tener la mala suerte de tener tanto la predisposición a una producción baja de oxitocina, junto con experiencias traumáticas que desencadenan el PTSD.

    Para las personas que viven con PTSD, los estudios muestran que los tratamientos actuales, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, solo funcionan la mitad de las veces.

    Dado que el PTSD está asociado con niveles bajos de oxitocina, una posible solución es aumentar los niveles de oxitocina. El problema es que no es posible darle a alguien una inyección de oxitocina para deshacerse de sus síntomas porque la oxitocina tiene dificultades para ingresar al cerebro.

    Dentro de los distintos efectos que posee el MDMA, esta droga también estimula a una región cerebral llamada hipotálamo para que libere más oxitocina. Estudios clínicos han encontrado que el MDMA, en combinación con terapia, es un tratamiento efectivo para el PTSD. Estas pruebas fueron controladas con placebo, por lo que la mitad de los participantes recibió MDMA y la otra mitad recibió una píldora que no hizo nada (como la homeopatía). Fueron aleatorizados, por lo que no se seleccionó quién recibió MDMA y quién no. Fueron doble ciego, por lo que ni los participantes ni los investigadores sabían quién había recibido MDMA durante la prueba. Se realizaron en múltiples sitios de prueba, por lo que los resultados podrían aplicarse de manera más amplia a personas en diferentes lugares. Y eran ensayos clínicos de fase 3, por lo que ya habían pasado la investigación básica y las dos primeras rondas de estudios en humanos (https://doi.org/10.1038/s41591-021-01336-3).

    Después de los ensayos, la mayoría de los participantes que habían recibido MDMA ya ni siquiera eran diagnosticables de PTSD. Asimismo, varios participantes que no habían podido trabajar debido a sus síntomas de PTSD regresaron al trabajo. Otro estudio hizo un seguimiento de los participantes que se habían sometido a un tratamiento similar tres años después de recibir el medicamento y descubrieron que el tratamiento seguía siendo eficaz, no por el uso repetido, sino por los efectos duraderos de las pruebas originales. En ambos estudios, se combinó MDMA con terapia.

    Aunque la terapia por sí misma es útil para muchas personas con PTSD, se vuelve mucho más efectiva cuando se agrega el medicamento a la ecuación. Los investigadores creen que el MDMA es una herramienta útil en combinación con la terapia porque prepara el cerebro para el aprendizaje y el cambio.

    Cuando somos jóvenes, nuestros cerebros son mucho más adaptables para recibir información y forjar nuevas conexiones. Eso se llama período crítico, porque a medida que envejecemos, nos volvemos menos adaptables y esa ventana de flexibilidad comienza a cerrarse. Entonces, ese período de tiempo es crítico para configurar el cerebro para todas las cosas que haremos más adelante en la vida. Un estudio en ratones descubrió que la MDMA recalibra la sensibilidad a las cosas en su entorno al reabrir ese período crítico. A los ratones cuyo período crítico ya había cerrado se les administró MDMA y comenzaron a aprender nuevamente como los ratones más jóvenes que aún estaban en su período crítico.

    El MDMA hace que las células del hipotálamo sean más activas y liberen más oxitocina (la cual actúa sobre la amígdala, la región que codifica el miedo), lo que aumenta la adaptabilidad del cerebro para que pueda enfrentar las experiencias desencadenantes en un estado más sereno. Eso lo convierte en una opción de tratamiento increíble para las personas que viven con PTSD.

    No obstante, si uno no tiene PTSD y toma MDMA de manera recreativa con cierta regularidad, podría tener efectos muy diferentes. La MDMA evita que otras sustancias químicas del cerebro, como la serotonina y la dopamina, se eliminen y reciclen. La acumulación de estas sustancias químicas puede volverse tóxica y dañar las neuronas.

    Por lo tanto, este material solo debe usarse según lo recomendado por un profesional médico capacitado. Pero cuando se usa adecuadamente y en combinación con la terapia tradicional, los estudios muestran que la MDMA puede tener efectos terapéuticos increíbles para las personas diagnosticadas con PTSD. No está mal para una droga de fiesta.