El ave fénix es una creatura de la mitología griega que renace de sus propias cenizas, como símbolo de inmortalidad. Posteriormente, se llamó “Fénix de los ingenios” (como a Lope de Vega) a una persona única y excelente.
En la tradición cristiana se habla de una “felix culpa” refiriéndose a la caída de Adán, para indicar que gracias a su falta se hizo necesaria la venida de Jesucristo. Por eso, en la fiesta de Pascua se recita: “O felix culpa quae talem ac tantum méruit habére Redemptórem” (¡Oh feliz culpa que nos mereció un Redentor tan grande!).
El adjetivo latino “felix”, que significa feliz, dichoso, bendecido o con suerte, se popularizó como nombre propio desde la antigua Roma. Tiempo después, se hizo común como apellido en varios países, y hasta en el nombre de un personaje animado del cine mudo: el gato Félix.
Heriberto Félix Navidad, recientemente fallecido, fue un próspero agricultor y empresario nacido en San Pedro, Navolato. En sus apellidos se conjuntó el mensaje que todos intercambiamos con alegría en la gran fiesta decembrina: ¡Feliz Navidad!
Contrajo matrimonio con Sofía Guerra Miguel, proveniente de otra arraigada, conocida y numerosa familia de Culiacán, con quien procreó cuatro hijos: Guadalupe, Sofía, Heriberto y Rafael. Sobrevivió varios años a la pérdida de su compañera de vida, pero tuvo la dicha de gozar plenamente a sus hijos, nietos y demás familiares.
La reportera de Noroeste, Belém Angulo, publicó una breve semblanza, donde citó una obra de Norberto García Castillo, quien lo describió de la siguiente manera: “Heriberto Félix Navidad es una persona amable, cuya conversación tiene los matices de la tranquilidad y la seguridad que se logran con la edad madura... una persona satisfecha y plenamente realizada como humano, como padre y como amigo”.
¿Vivo con felicidad?