La división se agrava. Los trabajadores asegurados con menores ingresos tuvieron 5 veces más probabilidad de morir de Covid que los asalariados más altos. ¿Justicia?

    Festejo: “Acto público que conmemora una fiesta y se celebra para disfrute de los que asisten”. RAE

    Conmemoraron su fiesta, lo disfrutaron. Pero ¿tiene México como nación algo que festejar?

    Todo indica que el ingreso per cápita se recuperará hasta el 2026, eso si las nuevas versiones del Covid nos dan un respiro. La actividad industrial tuvo en septiembre su peor caída en 17 meses. La Inversión Fija Bruta, los fierros, quizá el indicador más duro del estado de ánimo del inversionista de largo plazo está estancada a niveles del 2013.

    El tipo de cambio en el 2018 tuvo un mínimo de 17.94, en términos reales hemos perdido un peso por año. A este ritmo, sin sorpresas, terminaríamos el sexenio entre 24 y 25 por dólar. La inflación rondará este año el 7 por ciento, afectando productos básicos con aumentos muy fuertes: naranja y lechuga 23 por ciento; melón 26 por ciento; limón 27 por ciento; nopales 29 por ciento; jitomate 35 por ciento; cebolla 44 por ciento; aguacate 45 por ciento; chiles frescos 62 por ciento; chile serrano 137 por ciento, tomate verde 148 por ciento. Ya no es amenaza, sino realidad.

    De acuerdo al odioso FMI la inversión total habrá caído del 2012 al 2021, alrededor de 2 puntos del PIB, 20.7. Se ubica en mínimos históricos, 2.1 por ciento la pública (CEESP) y 16.3 por ciento la privada. Necesitamos el equivalente a 25 puntos del PIB para crecer de manera sostenida.

    De la Inversión Extranjera Directa, que tanto pavonean, el 40.3 por ciento es reinversión de utilidades y 21.3 por ciento son transacciones entre empresas; la inversión nueva es 38.4 por ciento, en términos reales ha caído.

    En el tercer trimestre la fuga de capitales tanto de extranjeros como de mexicanos fue de 14 mil 596 mdd., 1147 por ciento más que en el mismo período del 2020. De la clase media salieron 6.3 millones, de “aspiracionistas” que ya añoran. Empleo: 13.7 millones de mexicanos tienen un empleo precario; 2.5 millones buscan empleo; 7.75 ya ni buscan, en suma casi 24 millones flaqueando. En un imprevisto, enfermedad, accidente, desastre natural, 8 de cada 10 adultos tendría que recurrir al endeudamiento o a la caridad entre familiares o amigos, casas de empeño, adelantos de sueldo y ahorros, cuando los hay. Pero la mitad, 50.6 por ciento no ahorra. Ya no existen los fondos para apoyar a los mexicanos en desgracia.

    Casi el 57 por ciento de los hogares mexicanos están endeudados. El impago en el Banco del Bienestar ronda el 19 por ciento, algo inaceptable en la banca comercial. Inegi y Banxico reportan que las Afores casi no están presentes en los hogares más pobres. En el Índice de Progreso Social elaborado por México ¿cómo vamos? Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Guerrero presentan los peores números. Sur de nuevo, salvo Yucatán que galopa. Las entidades del centro y norte, Jalisco, CDMX, Aguascalientes, Querétaro y Nuevo León, son las mejores. La división se agrava. Los trabajadores asegurados con menores ingresos tuvieron 5 veces más probabilidad de morir de Covid que los asalariados más altos. ¿Justicia? El subsidio a la gasolina, el gasto más regresivo que tenemos pues beneficia a los gastadores de combustible que pertenecen a los estratos altos, se ha elevado casi 19 veces de enero a octubre del 21, más de 71 mil mdp. Pero no hay más dinero para salud, educación, ya no digamos para la ciencia burguesa o las universidades que se han derechizado. El petróleo subió 75 por ciento pero Pemex perdió 77 mil mdp en el tercer trimestre y CFE acumula pérdidas por 28.8 mil mdp. El costo de generación de CFE aumentó en promedio casi 30 por ciento.

    Le llaman recuperación de la soberanía energética y quieren llevarla en forma monopólica a la eólica y la solar. Gran idea. Por cierto el 51 por ciento de la población está a favor de la reforma.

    Habrán oído de los costos de esa empresa. Se calcula que la reforma podría costarnos casi 7 por ciento del PIB o sea 15 veces la cancelación del NAICM. Los cambios al sistema de pensiones -menor edad y mayor cantidad- como lo ha explicado Carlos Urzúa, son una bomba de tiempo que representarán el 6.3 por ciento del PIB en el 2024, más del doble que educación.

    Zócalo lleno. A festejar se ha dicho.

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