Fraude en la UAS, a la vista de todos
La impúdica cátedra antidemocrática
Nunca en la historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa había sido documentado tan fehacientemente el ataque a los derechos de los estudiantes para impedirles que elijan libremente a un Rector. Tampoco ninguna otra vez tal cantidad de evidencias fue desechada por los órganos encargados de garantizar la democracia universitaria como está por hacerlo la Comisión de Elecciones y Consultas que disminuyó al servilismo hasta la ignominia para hacer ganar por las malas a Jesús Madueña Molina.
La cátedra que la caterva madueñista está impartiendo no la tienen ni las grandes corporaciones que a diario se especializan en mandar al diablo a las instituciones. La currícula al revés que lejos de formar a ciudadanos capaces de forjarse grandes futuros desde lo legítimo, los instruye en la alteración de la norma jurídica y las ventajas de la marrullería para atropellar la legalidad y civilidad. Aunque lo nieguen, el rastro aberrante quedó grabado en el ciberespacio.
Delincuencia adondequiera en la elección de la UAS. Despliegue inmoderado de dinero institucional, movilización de la división de porros que anida en el área de seguridad, horas-clase pagadas a profesores para que anulen a jóvenes como seres inteligentes y los convierten en zombis que le bailan y gritan loas al moderno Frankenstein uaseño, utilización de Vocería y Radio institucional para la promoción del amo de todo que es Madueña, amenazas a medios de comunicación con suspenderles la publicidad si se apartan del operativo de la reelección.
Autoritarismo desbordado a través del control absoluto de las instancias cuya obligación es cuidar a la comunidad rosalina, no a los victimarios de la UAS; un Consejo Universitario cuyos integrantes hacen a ciegas la labor de compinches de su implacable Alí Babá azul y oro; la Dirección de Asuntos Jurídicos dedicada a la persecución de los disidentes, y la Comisión de Elecciones que funciona como comité de la zalamería para Madueña y coacusados. Y el sindicato de académicos en cuyo contrato colectivo recalca la cláusula de abyección garantizada a los que hace poco se sentían dentro de la cárcel.
Con toda esta maquinaria delictiva recién afinada con la inacción de la justicia, el fraude en la elección en la UAS ya ha sido concretado, desde antes que la colectividad uaseña acuda el próximo miércoles a votar. Están saturadas las redes sociales de pruebas de la intervención mafiosa del ala madueñista enquistada en la Universidad que, dispuesta a lo que sea para continuar saqueando las finanzas, realiza la encomienda que le estipuló el Poder Judicial de Sinaloa al exonerarlo de siete carpetas de investigación por manejos corruptos de los recursos públicos asignados a la casa de estudios.
El nuevo asalto a la UAS es perpetrado con el añadido de las estruendosas carcajadas de los bandidos regocijados porque no hay Ley, Gobierno, valentía cívica ni barrera ciudadana que les impida tomar a los ojos de todos el botín que desde hace 20 años les significa la institución de educación superior. Aparte de reincidentes se volvieron cínicos porque frente a cámaras y micrófonos muestran el recrudecimiento de sus impudicias.
En Sinaloa está aplicándose a todo lo que da el modelo que en México reparte impunidad a diestra y siniestra. Aquel acuerdo de octubre de 2024 en la Secretaría de Gobernación marcó la marcha atrás en los juicios contra Madueña y coacusados y desde entonces la justicia viró al perdón para los imputados, el Congreso transitó de la brava exigencia de legalidad a la mansa concesión de una Ley Orgánica a modo para Madueña. Así fue como la UAS fue sentenciada a seguir como rehén de sus desfalcadores.
Impunidad para el Bienestar podría llamársele a la salida política que construyó el Gobierno federal con la cual le entrega la Universidad a la camarilla mafiosa que dentro de unas horas verá culminada la violación continuada al águila rosalina, a la autonomía, a la histórica presencia y sus héroes cuyos nombres son ultrajados cada vez que los menciona la caterva que viene por más.
Y proseguirá la deshonra, a no ser que un gran movimiento estudiantil salga decidido a reimplantarle la dignidad a la UAS y le eche a perder a la Comisión de Elecciones el fraude de votaciones en lo oscurito, operadas por el tenebroso clan de los imputados que seguramente ya tiene listo hasta el sobre cerrado con el resolutivo que perpetra la prolongación del impune madueñato.
Se está acercando el día,
Del duro golpe de realidad,
Al permitir con la cobardía,
Que nos roben la Universidad.
Con la sola aplicación de la Ley en lo referente al delito de violencia política en razón de género que ha sido enderezada brutalmente contra la candidata a Rectora Denise Díaz Quiñónez habría suficiente materia jurídica para reponer el proceso de elección en la UAS, no se diga si se agregan como causales las demás conductas que configuran la violación flagrante a la convocatoria y Ley Orgánica. Y tendrían que volver a sus carpetas de investigación y vinculaciones a proceso aquellos que aprovechan la inacción de la justicia para volver a usar normas e instituciones como papel de baño.