Ganó Sinaloa con la elección ejemplar
Seguridad, legitimidad y participación
A reserva de que por la noche se conocieron las tendencias del voto al avanzar los resultados preliminares sin sorpresas notables, un primer consenso que debió instalarse ayer en Sinaloa tiene que ver con la tranquilidad en que se desarrolló la jornada de emisión del sufragio y la excelente coordinación entre los órganos electorales y la fuerza pública, siendo la cereza del pastel comicial la numerosa participación ciudadana en la definición de quiénes ocuparán los cargos de Gobierno y de representación legislativa.
Ayer pudo ser el día en el que transitamos del absurdo a la sensatez por obra y gracia del fervor cívico que decidió salir a definir destino político. Aparte de votar a unos y botar a otros, hizo la petición unánime de restablecer la cohesión nacional y local pues sí es factible ir juntos en lo fundamental al margen de fobias y filias. Sea cual sea el veredicto de las urnas electorales, las y los que asuman la función pública debieron entender las moralejas.
Las lecciones de las elecciones tienen que ver con los tres elementos del domingo plebiscitario, que son seguridad, certidumbre y participación, los cuales permiten adelantar que fue la democracia mexicana la ganadora en un día histórico por la acción popular que derrotó los miedos, la polarización y el abstencionismo, esos tres fantasmas que rondaron durante las horas previas a la votación y desde antes en campañas políticas de confrontación entre las coaliciones Seguimos Haciendo Historia y Fuerza y Corazón por México.
Independientemente de las candidatas y candidatos que resulten con mayoría, el 2 de junio dejó en Sinaloa la sensación colectiva de que los ciudadanos dijimos la última palabra en libertad, unidad y civilidad. No hubo tal operación facinerosa que esparciera el terror; nadie pudo demostrar un acto delictivo de tal gravedad que pusiera en riesgo la legitimidad de la votación; los fanatismos y pleitos por el poder se enfriaron de súbito para que la acción social tomara el lugar que le corresponde, igual de repentina.
Vale destacar la intervención inmediata del Instituto Electoral del Estado de Sinaloa e Instituto Nacional Electoral para desactivar reportes de violencia antes de que las falsas alarmas inquietaran a la población. De igual forma, la movilización de elementos de las policías estatal y municipales, Guardia Nacional, Marina Armada y Ejército Mexicano inhibiendo ayer y en los días previos cualquier injerencia de la delincuencia, inclusive detectando a civiles con armamento en Culiacán y Los Mochis, deteniendo a quienes lo portaban.
Al acudir a votar en Culiacán, el Gobernador Rubén Rocha Moya fue el primero en pronosticar votaciones seguras, apostándole a la vigilancia de 3 mil 400 elementos de las policías, Ejército y la Guardia Nacional. Enseguida el INE emitió el primer balance de ningún incidentes de violencia alrededor de las 11:00 de la mañana, a tres horas de iniciadas la votaciones, en tanto que la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Estado reforzó tal reporte de tranquilidad casi a la mitad de la jornada electiva dando a conocer cero situaciones de alteración del orden, parte policiaco-militar que por abrupto hasta se tornó incrédulo para algunos.
En general, las sesiones en el IEES e INE no fueron tan accidentadas como se auguraba. La mayoría de quienes aparecieron en la boleta electoral reconocieron temprano el clima de paz y de participación ciudadana. Los electores reportaron cero incidentes asociados a sus estancias en las casillas. De parte de los partidos hubo silencio durante la mayor parte del día, excepto la denuncia que expuso el Partido Acción Nacional sobre la supuesta obstrucción de policías preventivos a sus operadores políticos panistas en Mazatlán.
En el reporte de incidencias predominaron las casillas instaladas con retraso en gran parte por la inasistencia de funcionarios electorales que obligó al rearmado de las mesas de organización de las votaciones. Otras quejas derivaron de cambios de domicilios de las sedes de votación y lentitud en la captación de sufragios. Fue hasta alrededor de las 12:00 horas que el IIES y el INE dieron a conocer que el 100 por ciento de los centros de elección se hallaba funcionando y la información hablaba también de un flujo importante y constante de electores. Sin novedad, es la palabra que dominó en la conversación pública.
Y fue así como cayeron una tras otra las hipótesis de la elección convulsionada, caótica, para erigir la realidad de la fiesta democrática que en la víspera se pensaba imposible de suceder. Y pasó a último término el interés en quien ganó porque los sinaloenses ya habíamos ganado la madre de todas las batallas, la del sufragio que fluyó libre, en paz y participativo.
Esto es lo que prevalecía ayer a unos minutos de que cerraran las casillas y salieran los dirigentes de partidos y candidatas y candidatos a mostrar sus estados de ánimo. ¿Fue la de ayer una elección de las más tranquilas y concurridas en Sinaloa? La pregunta flotaba en el aire que soplaba fresco para unos y asfixiante para otros.
Para quien no lo entendió,
Son claras las enseñanzas:
El 2 de junio nos gritó,
No más odios ni venganzas.
En cualquier zona de Culiacán se notó la intervención de centenas de jóvenes que a bordo de motocicletas y con equipo de comunicación le siguió el pulso a la ciudad capital desde que se abrieron las casillas hasta que fueron entregados los paquetes electorales. Fue intenso el desplazamiento de punteros (los vigilantes del narcotráfico) realizando de manera pacífica la labor testimonial con sus oportunos reportes a los cuarteles del crimen organizado. ¿Qué tanto le aportaron a la apacibilidad de la jornada de votación?
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