“Al agua verde he de volver un día/ungido en el ritual de los ciclones/agitando en la diestra las palmas de la costa/ y cantando la clara canción del marinero...”. (Genaro Estrada)
En todos los ámbitos, en nuestra historia se apuntan los nombres de hombres y mujeres brillantes que le dan sustento al orgullo nacional. Algunos de ellos participaron en la construcción de la patria, otros más, lo hicieron y continúan por ese sendero, en el enriquecimiento de los valores culturales.
En poesía, por ejemplo, los chiapanecos presumen que en su tierra nació Jaime Sabines y ensalzan su obra así como su presencia en distintos espacios de su territorio, como por ejemplo, el magnífico Centro Cultural Jaime Sabines, al cual se agregan nombres de calles, escuelas y estatuas.
Lo mismo sucede con nuestros vecinos nayaritas, quienes se enorgullecen del bardo Amado Nervo y conservan con esmero la casa del poeta, en la cual montaron un interesante museo y anualmente realizan el Festival Cultural Amado Nervo. De hecho, aquí en el puerto, algunos de sus admiradores, realizan actos de recordatorio en torno de su nacimiento y fecha de deceso, en virtud de que vivió aquí por algún tiempo.
Y por último, tenemos el caso de Zacatecas, quienes, en el pueblo de Jerez, mantienen un museo de Ramón López Velarde, el poeta autor de la poesía Suave Patria, en lo que fue su modesta residencia, equipada con un sistema de sonido ambiental acorde a cada pieza de la misma, recurso que ya quisiéramos en Mazatlán.
Todo lo anterior viene a cuento en virtud de que mañana 2 de junio se recuerda el natalicio de Genaro Estrada Félix, el mazatleco que brilló dentro de la diplomacia mexicana y que también tenía lo suyo como escritor y poeta. El nombre del ilustre paisano aparece grabado en letras de oro en uno de los muros de la Cámara de Diputados, por decreto de la LVI del 23 de octubre de 1996, reconociéndolo como el constructor de la política exterior mexicana, plasmada en la llamada Doctrina Estrada, en la cual se reconoce la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos de otros estados.
Genaro Estrada Félix nació en el solar mazatleco el día jueves 2 de junio de 1887, procreado por el matrimonio formado por don José Genaro Estrada Aro y doña María Concepción Félix Osuna. Sus biógrafos registran que Estrada Félix no conoció a su señor padre, en virtud de que este falleció seis meses antes de su nacimiento, circunstancia que influyó para que su madre cambiara de residencia cuando Genaro tenía corta edad.
Prácticamente desde su adolescencia, Genaro dio muestras de su pasión por las letras, vocación que fue apoyada por un tío de oficio tipógrafo de nombre Faustino Díaz, de tal suerte que siendo un quinceañero publicó su primer poema en un diario local.
Debido a su constitución corporal, a Estrada sus amigos lo conocían como “El Gordo”, quién después de cursar secundaria y unos pocos semestres de preparatoria optó por hacerse cargo de su educación escolar, confiado en su disciplina y su amor por el saber, lo cual le permitió llegar a convertirse en docente de la propia Universidad Nacional Autónoma de México y ser reconocido como jurista.
Genaro Estrada Félix, al igual que otras figuras mazatlecas, con todo y su fructífera vida y aportación a la patria y a las letras nacionales, no es tema entre sus paisanos como para rendirle merecidos homenajes, lo cual no es rasgo extraño de la comunidad mazatleca. ¡Buenos días!
