Hablar de salud mental en la niñez no es un lujo, es una necesidad

22/11/2025 04:00
    Entre 2020 y 2022, el porcentaje de adolescentes de 10 a 19 años que ha pensado en quitarse la vida aumentó del 5.1 % al 7.6 %. Este dato no es una estadística más: es una sentencia silenciosa de lo urgente que resulta fortalecer las capacidades emocionales de nuestra niñez

    En México todavía hablamos poco sobre salud mental, y menos aun sobre lo que viven emocionalmente las niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, cada día escuchamos más señales de alerta: tristeza persistente, ansiedad, dificultades para concentrarse o comunicarse. Son síntomas de un malestar que suele pasar desapercibido, porque como sociedad seguimos sin ofrecer espacios suficientes para que la niñez pueda expresarse y sentirse acompañada.

    Desde Save the Children sabemos que reconocer y cuidar las emociones también es una forma de proteger los derechos de la niñez. Por eso creamos Mi Espacio de Emociones, una plataforma digital pensada especialmente para niñas, niños y adolescentes, que busca acompañarles en el proceso de reconocer, comprender y cuidar lo que sienten. No es solo un sitio web, sino una invitación a hablar abiertamente de algo que sigue siendo tabú: el bienestar emocional de quienes representan el presente y el futuro de nuestro país.

    Reconocer es el primer paso

    “¿Cómo te sientes hoy?” es la pregunta que abre este nuevo espacio virtual, y conviene detenernos en ella un momento. Reconocer lo que sentimos —nombrar la tristeza, la rabia, la inquietud, el miedo o la alegría— es el punto de partida para poder comprenderlo, gestionarlo y transformarlo. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), los datos en México son alarmantes: entre 2020 y 2022, el porcentaje de adolescentes de 10 a 19 años que ha pensado en quitarse la vida aumentó del 5.1 por ciento al 7.6 por ciento. Este dato no es una estadística más: es una sentencia silenciosa de lo urgente que resulta fortalecer las capacidades emocionales de nuestra niñez.

    El portal Mi Espacio de Emociones abre un camino: ofrece de entrada un espacio donde poner nombre a lo que se siente. Esta sección “¿Cómo te sientes hoy?” es esencial, pues reconocer una emoción, como señala el sitio, “es el primer paso para entenderla”. Y reconocer no significa únicamente etiquetar: implica abrir la puerta al diálogo interior, al acompañamiento mutuo y a la posibilidad de buscar ayuda si es necesario.

    Un sitio diseñado
    para ellas y ellos

    El diseño de este sitio no es casual: ha sido creado para niñas, niños y adolescentes, en un lenguaje cercano, interactivo, creativo. Contiene seis secciones bien diferenciales:

    La salud mental, donde se explica qué es y propone un pequeño cuestionario para ver cómo te has estado sintiendo.

    Juego: ¿Qué te preocupa?, donde se puede escribir lo que pesa, soltarlo simbólicamente y entender que no cargamos solos.

    Juego: Construye tu lugar seguro, que invita a imaginar y crear un escenario de tranquilidad, de calma, un refugio personal donde uno se sienta protegido.

    ¿Cómo me cuido?, con ideas para escucharse, respetarse, poner límites, y una “Guía de autocuidado” pensada para chicas y chicos.

    ¿Necesitas ayuda?, que no olvida que en algunos momentos es necesario hablar con alguien más: ahí se encuentra una línea de atención infantil 24 horas, 7 días a la semana.

    Y la primera sección citada: ¿Cómo te sientes hoy?

    Este tipo de diseño —divertido, lúdico, interactivo— rompe con el enfoque exclusivamente informativo o clínico que muchas veces se reserva para los adultos. Al contrario, reconoce que los más jóvenes necesitan herramientas que hablen su idioma, que les ofrezcan espacios seguros de exploración emocional sin que esto sea pesado o intimidante. Y lo hacen en primera persona, en voz de ellas y ellos.

    Poner a la niñez en el centro

    En Save the Children buscamos reafirmar constantemente nuestro compromiso de colocar las voces de niñas, niños y adolescentes en el centro. Es por esto que la creación de este proyecto ha sido junto al grupo musical Los Picus, quienes recientemente se han unido como nuestros nuevos y primeros niños embajadores; ellos jugarán un papel clave en fomentar el diálogo con niñas, niños y adolescentes en torno a la defensa de sus derechos. De esta manera, el portal dedicado a su salud emocional, no es un sitio que se les imponga, sino que busca construirse desde su mundo, reconociendo su capacidad para participar, opinar y ser protagonistas de su bienestar emocional.

    Cuando hablamos de salud mental en la niñez y adolescencia, no debemos verlo como un tema complementario: es absolutamente central. Muchas veces las personas adultas —madres, padres, cuidadores, educadores y responsables de política pública— olvidan que aprender a gestionar emociones es tan relevante como aprender a sumar o leer. Y, sin embargo, es justamente en esos aprendizajes invisibles donde se sostiene el bienestar duradero.

    Ampliar los horizontes del cuidado emocional

    En el ecosistema de herramientas, políticas y programas de salud emocional, Mi Espacio de Emociones representa un avance: es un recurso accesible, gratuito, pensado para aprovechar las plataformas digitales, pero al mismo tiempo promueve dinámicas de cercanía —escribir lo que siente, imaginar un lugar seguro, hacer un pequeño quiz— y moviliza la mirada a la acción personal (autocuidado) y al acompañamiento. Ofrece una guía digital, sí, pero también impulsa el involucramiento de quienes rodean a las niñas, niños y adolescentes.

    En este sentido, es una invitación a que madres, padres, educadoras, educadores, organizaciones sociales y académicas se sumen. Porque no basta con lanzar la plataforma: se requiere que se adopte, se difunda, se use y que se cree comunidad alrededor de ella. Que el “lugar seguro” que se imagina en el juego se extienda al aula, al hogar, al espacio comunitario.

    Un llamado a la acción colectiva

    Mi Espacio de Emociones no es sólo una página web: es un llamado. Una petición de atención para las generaciones que crecen en un mundo que cambia velozmente, donde las formas de socializar se transforman, las pantallas ocupan mucho espacio, la incertidumbre se visibiliza, y los retos emocionales se multiplican. Pero también es una puerta a la esperanza: a la idea de que mirar hacia adentro, compartir lo que se siente, imaginar un espacio tranquilo, buscar ayuda cuando hace falta, es un acto de valentía.

    Desde Save the Children invitamos a madres, padres, tutores, educadores, autoridades y a toda la sociedad a sumarse: difundir el sitio, explorarlo con niñas, niños o adolescentes, acompañar su uso, y más importante aún, abrir la conversación. Preguntarles “¿Cómo te sientes hoy?”, y estar dispuesto a escuchar. No como acto simbólico, sino como un acto consciente con tiempo, presencia y predisposición a acompañar.

    Porque reconocer y cuidar las emociones no es un lujo: es una necesidad de justicia social. Es reconocer que cada niña, niño y adolescente tiene derecho a sentirse visto, escuchado y acompañado. Y esa dignidad emocional no puede depender únicamente de su contexto o suerte: requiere políticas, entornos, recursos y plataformas que lo promuevan.

    Hacia un futuro más amable emocionalmente

    Imaginemos un futuro en el que crecer implique sentir, expresar, comprender, acompañar y transformar. Un futuro en el que los espacios educativos no sólo enseñen matemáticas o historia, sino también habilidades de vida, relaciones saludables y autocuidado emocional. Un futuro en el que las y los jóvenes sepan que no están solos —que es legítimo sentirse triste o enojado— pero también que es posible compartir, responder, sanar. Un futuro en el que todos los días alguien pregunte “¿Cómo te sientes?”, y se tome el tiempo para escuchar la respuesta.

    Con la creación de este espacio, damos un paso firme hacia ese horizonte. Pero no es suficiente solo dar el paso: debemos caminar juntos. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de construir entornos donde la niñez y adolescencia puedan florecer emocionalmente. Porque una niñez que cuida sus emociones hoy, construye una adultez más resiliente, más consciente, más humana.

    Para lograrlo, convocamos a que cada persona que lea esta columna convierta ese llamado en acción: explorar el sitio www.espaciodeemociones.org, compartirlo, usarlo, dialogar. Y, sobre todo, invitamos a recordar que cuidar las emociones no es debilidad, es fortaleza. Y acompañar a una niña, niño o adolescente en ese camino es un acto de esperanza.