Haitianos se integran social y económicamente en Mazatlán

ENTRE COLUMNAS

    Seguramente usted, estimado lector, los ha visto con más frecuencia en los últimos meses por la ciudad. Y es que el flujo migratorio proveniente del pequeño país caribeño se intensificó desde el año 2021.

    Según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) en el año pasado, los solicitantes de Haití encabezaron la lista a nivel nacional, con 51, 451 solicitudes de refugio, seguidos por los de nacionalidad hondureña (36,276). En el año 2022 la cifra bajó a 4,189 solicitudes de haitianos, pero siguen encabezando la lista de nacionalidades solicitantes de asilo ante esta institución.

    La mayoría de ellas y ellos han transitado por la entidad rumbo a la Unión Americana, o bien, a otras ciudades fronterizas, como Tijuana y Mexicali. Otros, se han quedado en las entidades por las que transitan, tal es el caso de Sinaloa.

    No podemos tener el dato exacto de cuántos se han quedado en Mazatlán, ya que la gran mayoría de solicitudes y registros se realizan en las delegaciones de Ciudad de México, Chiapas y Tabasco, pero según estimaciones de la propia comunidad haitiana en el puerto, oscila en alrededor de 150 personas que se han establecido en la ciudad.

    Como parte de las actividades realizadas por la asociación civil “Mazatlán Fraterno”, en días recientes acudimos a asistir a un grupo de inmigrantes que se encuentran viviendo en el sur de la ciudad. Se trata de tres familias que viven en una vivienda de dos habitaciones en la colonia Lázaro Cárdenas. Uno de ellos se llama Kenol Cadet, quien me comenta que tan sólo en las inmediaciones de esta colonia habitan alrededor de cincuenta.

    Contraria a la teoría asimilacionista, la integración social se refiere al proceso en el cual los recién llegados o las minorías se incorporan a la sociedad de acogida y predomina un ambiente de tolerancia y respeto mutuo.

    En ese sentido, podríamos decir que la comunidad haitiana se ha integrado a la sociedad mazatleca. En el caso de las familias que hemos conocido, el dominio del idioma español les ha permitido mantener comunicación y amistad con sus compañeros de trabajo y vecinos. A su decir, en Mazatlán la gente no es racista, sino que los han recibido y acogido con respeto.

    Según me comenta Kenol, algunos se han relacionado también sentimentalmente con mujeres mazatlecas. No pasará mucho tiempo para que se registren los primeros matrimonios interculturales entre sinaloenses y haitianos.

    Económicamente, Kenol ha logrado insertarse laboralmente como peón en la construcción. Sus compañeros están trabajando en el sector servicios; en restaurantes y otros negocios de giros distintos. En su caso, tienen una visa humanitaria, misma que tienen que renovar cada doce meses. Con este documento pueden trabajar legalmente en el país.

    Históricamente, Mazatlán ha recibido fraternalmente a comunidades de extranjeros. Italianos, franceses, alemanes, estadounidenses y más, han venido a enriquecer cultural y económicamente la sociedad. Los inmigrantes haitianos seguramente también aportarán mucho a nuestra pluricultural ciudad.

    Es cuanto....

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