Harfuch y la violenta crisis en Mazatlán
Cambio de búnker pero no de estrategia
A pesar de que en la víspera el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, consideró que la violencia en Sinaloa registra una tendencia sostenida a la baja, la presencia de él presidiendo en Mazatlán el Gabinete de Seguridad nacional denotó ayer la dimensión de la inseguridad que existe y la que se ve venir para este destino turístico si al problema se le continúa atendiendo con la mentalidad del no pasa nada cuando en realidad el crimen pega duro y mucho.
Para los sinaloenses que en abrumadora mayoría se sienten en riesgo debido a la prolongada e incontenible narcoguerra, se vuelve cada vez más complicado descifrar los códigos con los cuales los funcionarios e instituciones encriptan la autenticidad con el propósito de que nadie la vea tal cual es. Y al deletrearlos la serenidad que tratan de infundir transmuta a mayor miedo porque queda a la vista la táctica de empequeñecer las amenazas.
Otra de las cosas que no dice ese enigmático lenguaje político que matiza las complicaciones para contener los sobresaltos que el miedo causa en los ciudadanos pacíficos, tiene que ver con los informes que todos los días muy temprano le transmite el Gobierno de Rubén Rocha al Gabinete de Seguridad nacional y que al menos durante esta semana ha expuesto la complicada situación mazatleca y solicitado el apoyo federal.
Es decir, no es fortuito el traslado al cuartel de la Tercera Región Militar de los altos mandos que integran la mesa de coordinación en seguridad pública, y que en ocasiones anteriores sesionaron en el búnker de Culiacán de la Base Aérea Militar número10, pues todo indica que ocurrió en respuesta al foco rojo que la narcoguerra enciende en la Perla del Pacífico.
Con la llegada a Mazatlán el miércoles de 250 elementos de Seguridad Pública federal García Harfuch anticipó señales claras de que para Sinaloa ni para la tierra del venado habrá virajes ni golpes de timón en la lucha del Estado contra las organizaciones criminales que chocan al seno del Cártel de Sinaloa, quizá con la consigna de mantener el conflicto hasta que caiga el último de los sicarios en alguna de las dos facciones en guerra.
Y del cónclave en que también participaron el Gobernador Rubén Rocha Mota y los secretarios de la Defensa, General Ricardo Trevilla Trejo, y de Marina, Almirante Raymundo Pedro Morales, así como el Comandante de la Guardia Nacional, General Hernán Cortés Hernández, emanó absoluta claridad de lo que viene: la reunión del Gabinete de Seguridad cambio de sede en Sinaloa pero se aferró a la misma estrategia que durante más de un año no ha logrado que las familias y sus quehaceres legítimos retomen sus ritmos de vida y la normalidad productiva.
Al menos lo que trascendió y lo que se expuso al grupo de empresarios que asistieron a escuchar el informe de García Harfuch que da cuenta de los avances para la pacificación de Sinaloa, las acciones a implementar consisten en incrementar los operativos militares, realizar labor de Inteligencia para resolver los casos de desapariciones de turistas y de la madre rastreadora María de los Ángeles Valenzuela, mayor vigilancia en los tramos carreteros que conectan a Mazatlán con Durango, Nayarit y Jalisco, y una estrategia específica contra el robo de vehículos.
Pudo haber más acuerdos con la clasificación de confidenciales, como los resultados de las investigaciones que realizan la Fiscalía General del Estado con el apoyo de indagatorias de campo por parte de Sedena, Marina y Guardia Nacional en los casos de desapariciones del joven duranguense Carlos Emilio y de María de los Ángeles Valenzuela, pero lo que sí se informó es que hay avances importantes.
Así las cosas, a pesar de que García Harfuch afirmó un día antes, en la comparecencia del 22 de octubre ante el Senado en el marco de la Glosa del primer informe de la Presidenta Claudia Sheinbaum, que en Sinaloa la estrategia de seguridad ha funcionado con tendencia sostenida a la baja en homicidios dolosos registrados entre diciembre de 2024 y abril de 2025, la estancia del titular de la SSPC en Mazatlán embona mejor en la otra frase de “la inseguridad todavía no está resuelta”.
Mientras la narcoguerra persista,
Que regrese Harfuch con frecuencia,
Aunque sea como un turista,
Al cual no espanta la violencia.
Para el pastel siempre amargo de la seguridad pública no hay cerezas que lo adornen, pero vale la pena visibilizar que mientras el titular de la SSPC federal, Omar García Harfuch, se hallaba en Sinaloa hubo los informes sobre el enfrentamiento entre efectivos de la Marina y civiles armados donde la institución militar detuvo a siete generadores de violencia en el sector Urbiquinta Versalles de Culiacán, y en otra acción conjunta del Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva logró neutralizar y aprehender a otros once presuntos delincuentes en la zona rural Campo San Luis, municipio de Navolato. Faltaría conocer el reporte completo sobre la violencia del jueves para saber si a diferencia de anteriores visitas esta vez la delincuencia no echó a perder la agenda que Harfuch desarrolló en Mazatlán.