"¿Hay condiciones para una nueva reforma educativa?"
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27/09/2018 20:20
Partamos de una pregunta: ¿hay necesidad de otra reforma educativa? La respuesta es no, en todo caso lo que se requiere es reformar la reforma educativa en aquellos aspectos donde no se tiene coincidencia. Eso sería lo más sensato por hacer, si se considera la inversión política y financiera que implicó el proceso de aprobación de la actual reforma educativa. Pero no es la posición del próximo gobierno federal: en el discurso se afirma que se va a echar abajo la actual reforma.
¿Hacia dónde nos lleva el presente escenario? Hacia otra reforma educativa, nos dicen. ¿Y hacia dónde tendería esa nueva reforma educativa? De eso no se ha dicho nada. No hay una idea clara hasta el momento. Lo que se tiene en el ambiente político es una intención contrarreformista -primero- y una posición reformista -después-, impulsada por una comunidad docente agraviada -con razón- por una élite política que procuró la calidad educativa -erróneamente- a través de evaluar punitivamente a los docentes de educación básica de este país.
En un escenario de este tipo, es pertinente poner en perspectiva la posición contrarreformista y reformista del próximo gobierno federal para avizorar hacia dónde podría tender la situación educativa en el próximo sexenio. De entrada, se debe señalar que el anuncio de otra reforma educativa conlleva un riesgo político para el gobierno federal entrante. Y el riesgo consiste en lo siguiente: el actual gobierno federal requirió unos cuantos meses para aprobar la reforma educativa; pero le llevó varios años implementarla. Y en ese propósito se desgastó el proyecto educativo, porque la implementación de la reforma inició con la evaluación docente, y con ello se deslegitimó -en términos políticos- el proyecto educativo del gobierno de Peña Nieto. Para cuando inició la implementación del nuevo modelo educativo -en este ciclo escolar 2018-2019-, la reforma educativa ya estaba agotada. Se le golpeó bastante, y bajo esas condiciones es difícil que se mantenga en pie.
Considerando la experiencia anterior: ¿cuánto tiempo requerirá el gobierno entrante para: 1) armar un nuevo proyecto de reforma educativa?: 2) armar los consensos políticos en el Congreso de la Unión para aprobarla?; 3) cuánto le llevará implementarla? Y sobre todo: 4) cuánto le llevará dar resultados en términos de calidad en los aprendizajes en el caso de los alumnos? Las interrogantes anteriores pueden generar un proceso de empantanamiento -ahí está el riesgo- en la agenda educativa, sobre todo si la oposición asume esta agenda como una bandera política para hacerle frente al gobierno de López Obrador. Recordemos que, para realizar reformas a la Constitución Política, Morena requiere en el Congreso de la Unión de una mayoría calificada -las dos terceras partes de la Cámara- y los números no le dan hasta el momento para una mayoría de ese tipo. Por lo cual, requiere a la oposición para un proyecto de reforma educativa. Y eso no podría ser una tarea sencilla.
Ahora bien, llegados a este punto, bien cabría revisar el proceso de reformas educativas que han tenido lugar en el pasado, para valorar las condiciones reales que se tienen en la actualidad para un proceso de reforma educativa. En México se han tenido reformas al artículo 3 Constitucional en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox Quezada y Enrique Peña Nieto.
En el caso de Salinas de Gortari, la reforma de la Constitución tuvo como propósito modernizar la educación básica y para tal efecto, se expidió la Ley General de la Educación y se firmó el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB). De acuerdo con Gómez y Arredondo (2018), los actores fundamentales para esta reforma educativa fueron -al interior del Congreso- el PRI, el PAN y el PRD; y fuera del Congreso, el Ejecutivo federal; los gobiernos estatales; el SNTE, el Banco Mundial y el FMI (p. 29).
En el caso de Vicente Fox, Gómez y Arredondo (2008), señalan que la reforma al artículo constitucional se realizó con el propósito de abatir el rezago educativo y mejorar la calidad educativa. Se hizo obligatoria la educación preescolar, se creó el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) y se hizo una reforma integral a la educación secundaria. Los actores fundamentales para esta reforma fueron los partidos políticos; la SHCP; la SEP; Expertos; la opinión pública; la OCDE y el SNTE (Ibid.).
Y para el caso de Peña Nieto, se reformaron los artículos 3 y 73 de la Constitución Política; así como reformas a la Ley General de Educación y se expidió la Ley del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional de la Evaluación de la Educación. Los actores fundamentales para esta reforma fueron los partidos políticos a través del Pacto por México; algunos grupos de interés como el caso de Mexicanos Primero; y el SNTE.
¿Qué factores permitieron las reformas educativas anteriores? De acuerdo con los autores citados, en este proceso reformista influyeron de manera determinante tres factores: 1) Una nueva interpretación del problema público a través de la modernización y la calidad educativa; 2) La existencia de una alternativa de solución que afectaba al status quo de manera profunda; y 3) Las soluciones implicaron reformas constitucionales y, por ende, de acuerdos entre las distintas fuerzas políticas.
Con este antecedente histórico, ¿qué perspectivas se tienen para que en el próximo gobierno de López Obrador se realice una reforma educativa? ¿Hay un ambiente propicio para ello? Al interior del Congreso no se tiene una mayoría calificada que soporte una reforma a la Constitución; y hacia afuera del Congreso hay grupos de poder que no están del todo de acuerdo en que se derogue la actual reforma educativa.
Desde mi perspectiva, hay un ambiente favorable para reformar la reforma; pero no para derogarla. Y menos cuando el contencioso se sitúa en una parte de la reforma nada más -la evaluación docente-. Si persiste el ánimo contrarreformista una vez que ya esté instalado el próximo gobierno y sobre todo si no se tiene claridad hacia dónde se orienta el proyecto educativo, entonces es posible que haya resistencia hacia el gobierno federal y su proyecto de reforma educativa.
Al tiempo.
Investigador Titular del Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid (CIINSEV)
Bibliografía consultada:
Gómez Zamarripa, Erika y Navarro Arredondo, Alejandro (2018), “Para entender mejor la Reforma Educativa: estabilidad y cambio en el sistema educativo mexicano”, dentro del libro “La reforma Educativa a revisión: apuntes y reflexiones para la elaboración de una agenda educativa 2018-2024”, Instituto Belisario Domínguez, Senado de la República.