Hombre de familia

ENTRE COLUMNAS
02/09/2024 04:01
    Es un hecho que ahora las personas se casan menos que antes, y quienes se casan, lo hacen a una edad cada vez más avanzada. Según datos del Inegi, basándose en datos de las oficialías del Registro Civil, arroja que en el año 2012 hubo un total de 585 mil matrimonios a nivel nacional, mientras que, en el año 2021, aún con el crecimiento de población, se registró una disminución en el número de matrimonios sumando un total de 453 mil.

    En días recientes tuve una interesante y amena charla con un buen amigo, compañero de trabajo en la Universidad, sobre quiénes son más felices, las personas solteras o las casadas. Somos casi de la misma edad, pero él se mantiene en la soltería, mientras que yo tengo 13 años de matrimonio. Por supuesto, él se considera feliz en su condición civil actual, al igual que yo.

    Nuestra charla me recordó aquella película titulada al igual que esta columna, protagonizada por Nicolas Cage, en la que un exitoso hombre de negocios, que ama su soltería; con sus libertades y placeres, un día se despierta viviendo otra vida: casado con su antigua novia, viviendo en los suburbios y siendo padre de dos niñas. Tras experimentar ambas vidas, termina prefiriendo la de hombre de familia.

    Al igual que en aquella película, en mi caso lo que más valoro de vivir en familia es el apoyo mutuo, tanto económico como emocional. Un elemento de suma importancia es sin duda la existencia de hijos en el matrimonio. Una de las cosas más importantes en la relación para mí, es la experiencia de ver crecer a mis hijas y la maravilla de presenciar cuando aprenden algo nuevo cada día. Así como su amor puro e incondicional.

    Paradójicamente, el dinero me rinde más estando casado que soltero. Juntos hemos construido un patrimonio sólido que nunca pude acumular cuando vivía solo. Tal vez porque de soltero salía más de fiesta que ahora, salía a comer a restaurantes casi a diario, y tenía más citas, en las que por supuesto, las cuentas corrían a mi cargo. No niego que disfruté bastante aquella libertad, pero si me dan a elegir entre las dos vidas, me quedo con la actual.

    Ahora bien, es un hecho que ahora las personas se casan menos que antes, y quienes se casan, lo hacen a una edad cada vez más avanzada. Según datos del Inegi, basándose en datos de las oficialías del Registro Civil, arroja que en el año 2012 hubo un total de 585 mil matrimonios a nivel nacional, mientras que, en el año 2021, aún con el crecimiento de población, se registró una disminución en el número de matrimonios sumando un total de 453 mil.

    En cuanto a la edad de los contrayentes, el promedio era de 29 años de edad en el caso de los hombres y 26 en el caso de las mujeres en el año 2012, mientras que, en el año 2021, el promedio de edad se elevó a 33 en los hombres y a 30 en el caso de las mujeres.

    Otro dato para el análisis es que los matrimonios cada vez duran menos, terminando en un divorcio. La tasa a nivel nacional subió un 11.4 por ciento esos nueve años. Sinaloa es la segunda entidad federativa con mayor índice de divorcios con 3.7 por cada 100 mil habitantes. ¿Será que los jóvenes adultos de hoy se sienten menos felices con el compromiso marital?

    Existen múltiples investigaciones en distintos países, que buscan responder esta interrogante. Por ejemplo, este año 2024 se publicó el Informe Mundial sobre la Felicidad, basado en la Encuesta Mundial Gallup. En esta encuesta se encontró que, los adultos casados ​​dicen ser mucho más felices que aquellos que tienen cualquier otro estado civil. Durante el período de la encuesta, las personas casadas informaron consistentemente niveles de felicidad más altos, que oscilan entre 12 y 24 por ciento según el año. La brecha se mantuvo incluso cuando los investigadores cruzaron variables como edad, raza, etnia, género y educación.

    Desde la psicología social se han estudiado las ventajas de la vida marital. El estadounidense David Buss, ha encontrado que se tienen grandes beneficios al vivir en matrimonio. Gracias a la alianza de pareja se consigue la complementariedad de habilidades, la división del trabajo, el hecho de compartir recursos, un frente unificado frente a los problemas externos, un entorno hogareño para criar a los hijos, y una red familiar y de apoyo más amplia.

    Por otra parte, la psicóloga social Bella DePaulo (soltera al igual que mi amigo) ha defendido que la felicidad de las personas solteras puede ser igual o incluso mayor que las que están casadas. Pues sustituyen esa red de apoyo que da el matrimonio, con otro tipo de redes como amigos, hermanos, padres o vecinos. Además, tienen el tiempo y la libertad de hacer más actividades de contribución a sus comunidades.

    Mi conclusión es que cada pareja y, sobre todo, cada individuo es diferente. Las expectativas de género, la personalidad y la edad, son factores que determinan la felicidad en cada estado civil. Y usted ¿qué opina?

    Es cuanto...

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    omar_lizarraga@uas.edu.mx