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"Éthos"

"Ignorancia docta"

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ÉTHOS
07/11/2016 22:41

    Quien es sabio no permite que se infle su espíritu ni engría su alma; por el contrario, domeña la rebeldía de su ego y se ajusta a sus interlocutores. “Me hice todo a todos para ganarlos a todos”, dijo con auténtica humildad el apóstol Pablo.
     
    Hay personas doctas que esgrimen sus títulos académicos y nobiliarios como certificados de superioridad, mirando con desdén a la “gentuza” que no se encuentra a su altura. Si toman en cuenta a esas personas es para hacer notar la sideral distancia que existe entre ellas. Para alternar en ese círculo inferior recurren a una falsa sabiduría teñida de afectada conmiseración y condescendencia, que se encuentra en las antípodas de una sincera empatía.
     
    “Alabo la excelencia de un alma de diversos comportamientos, que sepa hallarse bien dondequiera la lleve la fortuna, que sepa conversar con el vecino de sus trabajos, de su caza y querellas, y dialogar placenteramente con el carpintero o el jardinero. Envidio a quienes saben ponerse a tono con el más pobre hombre de su comitiva y entablan con él una charla ateniéndose a su peculiar espíritu. Soy enemigo del consejo de Platón, quien recomienda dirigirse siempre a los servidores con lenguaje magistral, sin familiaridad y sin gracia, y tanto a varones como a hembras; pues, aparte de la razón alegada, es injusto y cruel prevalerse de las prerrogativas de la fortuna. Los demás se cuidan de mantener engreído su espíritu; yo procuro humillarlo”, expresó Michel de Montaigne. 
     
    Si Nicolás de Cusa habló de una docta ignorancia, estos pretendidos sabios manifiestan una ignorancia docta y son incapaces de enseñarse a sí mismos. “La mayoría de los sabios que he conocido son malos profesores, porque el sabio no entiende que alguien no sepa”, mencionó Fernando Savater.
    ¿Soy un ignorante docto? 
    @rodolfodiazf