Indómita

17/05/2023 04:14
    ‘Los logros alcanzados por los ciudadanos han sido resultado de esfuerzos y luchas, nada se ha logrado de manera gratuita y los segmentos sociales emergentes tienen clara conciencia que su futuro está en sus manos, en nadie más. Por eso, en los últimos tiempos, se ha notado un comportamiento electoral acorde a los intereses populares. Ahora, por fortuna, hay una ciudadanía fuerte, que sólo confía en ella misma...’.

    lqteran@yahoo.com.mx

    Las campañas políticas de Coahuila y el Estado de México se encuentran en su nivel más alto, y los electores se aprestan a expresar sus preferencias políticas en la elección del 4 de junio próximo, y lo harán con claridad meridiana, sin que haya duda.

    Todo indica que, en el Estado de México, el Partido Revolucionario Institucional por fin va a perder la hegemonía que había mantenido en la gubernatura por casi 100 años ininterrumpidos y, con ello, se desplazará del control político al caciquil grupo Atlacomulco en ese importante estado de la Unión. En Coahuila las encuestas predicen una cerrada competencia entre el partido Morena y la alianza que conforman los partidos de la derecha y los cacicazgos locales, que han volcado su esfuerzo en mantener el control político en uno de los pocos bastiones que le quedan. Veremos el comportamiento ciudadano, lo cierto es que los cacicazgos de larga data, en ambas entidades, se baten ferozmente para conservar su cada vez más menguado poder. En Coahuila, donde el caciquismo de los Moreira ha sido sinónimo de corrupción, va a ser interesante el desenlace político.

    Confiamos en que la ciudadanía salga, el día de la elección, en ambas entidades, a depositar su sufragio con decisión y masivamente derrote a los caciques que, por décadas, han mantenido el poder político. La gente del Estado de México está cada vez más convencida de que a su entidad llegará el anhelado cambio a favor del bienestar y la democracia. En Coahuila, la gente de esa región minera conoce bien a los caciques de horca y cuchillo que han malgobernado la entidad y que actúan con altanera prepotencia, algo increíble a estas alturas de la historia.

    Hay muchas expectativas de que el 5 de junio próximo los ciudadanos concurran a las urnas para apabullar a los políticos que representan lo contrario de los intereses del pueblo. De eso tienen plena conciencia, y estimamos no cederán un ápice ante sus verdugos de siempre; aunque éstos juren que ahora sí van a servir a los intereses populares, esto jamás lo van a cumplir, pues los partidos de derecha representan a los potentados y nunca van a compaginar sus aviesos fines con los nobles intereses de los que menos tienen.

    Se trata de una lucha de contrarios, donde los obreros y las clases medias, por un lado, pugnan por mejores condiciones de vida. Por el otro, la derecha, que representan los partidos aliancistas, son clásicos defensores de élites privilegiadas que han usufructuado en su beneficio los bienes nacionales. Por fortuna estamos viviendo tiempos de despertar ciudadano, y los antes vilipendiados de esta gran nación, ahora están diciendo basta y se han echado a andar con paso de vencedores.

    Lo hemos enfatizado: el despertar de los ciudadanos es de mucha trascendencia, y se viene demostrando de manera contundente en los procesos electorales. Para que no quede duda del rumbo que sigue el País, cada vez es más evidente la decisión de las masas populares de seguir su curso ascendente, priorizando el interés de las mayorías, con el fin más temprano que tarde de liberarse de la opresión política a la que una élite de intereses hegemónicos y políticos la ha sometido. La liberación de México, el desplazamiento de los grupos caciquiles del poder, son una condición para lograr arribar a un nuevo estado de bienestar y progreso para todos.

    Así ha sido a través del tiempo, los logros alcanzados por los ciudadanos han sido resultado de esfuerzos y luchas, nada se ha logrado de manera gratuita y los segmentos sociales emergentes tienen clara conciencia que su futuro está en sus manos, en nadie más. Por eso, en los últimos tiempos, se ha notado un comportamiento electoral acorde a los intereses populares. Ahora, por fortuna, hay una ciudadanía fuerte, que sólo confía en ella misma, debido a las traumáticas experiencias del pasado, donde fue reiteradamente burlada por los representantes de los intereses de las élites. El voto a favor del bienestar y la democracia ha resultado ser el mejor instrumento para lograr que se atiendan sus intereses y su agenda social. Ese es el camino que han emprendido los ciudadanos en esta época de la cuarta transformación, tienen certeza plena que de esta manera avanzan por la senda correcta de la historia.

    Los obreros y campesinos mexicanos toman con mucha decisión la transformación del País, y no dudan en la ruta política que han emprendido, hasta lograr la consolidación del progreso, sin taxativas, de México.