Inicia una nueva etapa...

31/08/2025 04:02
    Inicia una nueva etapa en la SCJN, no para bien del equilibrio de poderes y para una mejor aplicación de la justicia, sino para concretar la existencia de un solo poder, el del Ejecutivo, como base de nuestro sistema de gobierno.

    ¡Se acabó! El día de hoy, concluye una etapa más de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ente representante del Poder Judicial de la Nación, cuya esencia meramente técnica, desaparece para darle entrada a su conformación por la vía electoral, y con ello, anular su espíritu independiente, fuera del alcance de los intereses de los poderes Ejecutivo y Legislativo, los cuales, podrán jugar sin el siempre necesario arbitraje constitucional, para el logro del necesario equilibrio de poderes.

    La SCJN, en su formato actual, surgió el año 1994, bajo el mandato presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León, quien logró una reforma constitucional para bajar el número de ministros que la componían, pasando de 26 a 11 ministros y la conformación de salas especializadas. También surgió el concepto de servicio civil de carrera como vía de ascenso para los trabajadores que se desarrollan en las distintas esferas de los poderes de la nación.

    Hasta antes de las reformas impulsadas por el partido en el poder, además, se establecían una serie de requisitos académicos y profesionales notables para ser postulado como ministro por el Presidente de la República y posteriormente aprobado por el pleno del Senado de la República.

    Entre otros requisitos se imponía el contar con una buena fama pública, excelentes antecedentes académicos y reputación como profesional de la abogacía.

    Hasta antes de la vía electoral, los ministros eran propuestos por el Presidente de la República, es decir, el mandatado por el pueblo, cuya personalidad está facultada para actuar en nombre de sus mandantes, lo cual implica, que el apoderado popular, en nombre de sus representados, es decir, la población, proponía ante el Senado de la República, otro potestado por la vía popular, para accionar como representante de los intereses de las entidades de la República.

    Al unirse estas dos esferas de nuestro sistema gubernamental, correctamente se le daba a la elección de ministros de la corte, el carácter de ser electos democráticamente a través de los representantes de los votantes y de los estados de la unión.

    Mediante el procedimiento citado, se ha togado como miembros del máximo tribunal de la nación a verdaderos expertos de la rama judicial cuyas acciones han derivado en sentencias notables sobre asuntos sensibles que afectan a la población y legado jurisprudencia que ha servido como guía para la aplicación normativa en el cada vez mayor número de leyes producto de la dinámica social.

    Ciertamente no todo son positivos dentro del Poder Judicial. Indudablemente, el lodazal de la corrupción también los alcanzó, al igual que al Ejecutivo y al Legislativo, de tal suerte, que el nepotismo, la prolongación intencional de juicios, entre otros vicios, se hicieron presentes en las entrañas de la esfera de poder arbitral y era, indiscutiblemente necesaria una purga, que no de un descabezamiento para limpiarlo. No hay duda de ello, como tampoco la hay, que uno de los impulsores de la reforma judicial, el ex ministro presidente, Arturo Zaldívar, también chapaleó en esos fangales.

    Como una opción privilegiada, para acabar con la descomposición dentro de la Corte, y en la cadena federal de juzgadores, Andrés Manuel López Obrador urdió la elección popular para la integración de la nueva cara del máximo tribunal del país, iniciativa que operó la actual Presidenta Sheinbaum Pardo, recurriendo al chanchullo, es decir, a la corrupción, para erigir a la nueva cara del poder judicial y de esa manera, darle al Ejecutivo el poder absoluto del sistema gubernamental.

    Inicia una nueva etapa en la SCJN, no para bien del equilibrio de poderes y para una mejor aplicación de la justicia, sino para concretar la existencia de un solo poder, el del Ejecutivo, como base de nuestro sistema de gobierno ¡Buen día!