Inicio de campañas: lecturas entre líneas
Zamora: evolucionar; Rocha: no traicioné

OBSERVATORIO
    Nos trajo la amanecida,

    Con todo y horario nuevo, al primer minuto del domingo 4 de abril los candidatos a los cargos públicos que se resolverán en la elección 2021 echaron a andar la remozada pero oxidada maquinaria electoral. Mario Zamora con los héroes de batas blancas que hacen barreras con su propia salud para contener la pandemia; Rubén Rocha Moya desde la comodidad de su cuartel de campaña y Sergio Torres cerca de Palacio de Gobierno, el inmueble que pretende ocupar.

    No fueron banderas de paz las que ondearon sino las de todos los colores políticos que anunciaron la guerra todavía sin ganador. Los dos punteros, Zamora y Rocha, que disputarán palmo a palmo la intención del voto; Torres que quiere demostrar por qué abandonó las siglas priistas en las que militó toda la vida, y Rosa Elena Millán que lleva el corazón teñido de tricolor en un nuevo partido que se parece mucho al viejo PRI.

    Y así irán como arrancaron durante 60 días en los cuales cargarán lastres que en la medida en que se los sacudan podrán llegar livianos a sus metas. El candidato de los partidos PRI, PAN y PRD a contracorriente del estigma priista que ya no es tanto porque los mismos fantasmas de ayer los despertó hoy su principal opositor; el abanderado de Morena y el PAS llevando dificultosamente la percepción de que abandona los tres principios básicos de la Cuarta Transformación: no mentir, no robar, no traicionar.

    También los simbolismos marcaron diferencias. Mario Zamora dio el banderazo de la campaña en el Hospital General de Guasave porque consideró que el personal del centro médico “nos ha enseñado la parte central de lo que nuestro gobierno quiere hacer, de lo que queremos representar quienes estamos aquí, que nos han demostrado: amor al prójimo... no les importó nada más que venir a servir, venir a servir a su semejante, a quien más lo necesitaba”.

    Este trabajo, agregó, se entiende como un proceso de evolución, pues “evolucionar es avanzar, es caminar al frente, es mejorar, es aspirar a ser mejor. Hay transformaciones, dijo, que son malas, que son negativas, que son retroceso, evolucionar es avanzar, es altura de miras, es aspirar a lograr cosas mejores.

    Por su parte, Rubén Rocha no arriesgó su estado de salud después de que en dos ocasiones ha sido infectado por el virus SARS-CoV-2. Su discurso fundado en proselitismo a distancia, de poco contacto con la gente, se centró en dos ejes: acabar con la corrupción y ampliar los programas sociales a fin de brindarles bienestar a los sinaloenses.

    En el primer punto, combate a la corrupción, se le notó la prisa por deshacerse de las lápidas de piedra que carga en su espalda por los temas de los aliados y personajes incorporados a su campaña. “Sólo podremos combatir la corrupción si nosotros como candidatos somos capaces de mostrarnos ante el escrutinio de la gente de que somos transparentes, de que somos honestos, de que nunca le hemos robado a la gente, ni mentido y no hemos traicionado. Cuando eso ocurra, cuando la gente se dé cuenta de que en efecto somos auténticos, somos originales y tenemos compromiso con el pueblo, en ese momento nos van a brindar su confianza y nosotros no les vamos a fallar, vamos a hacer la tarea y la vamos a hacer convencidos y sin ningún titubeo para el bienestar de la gente”, expresó.

    Y de Sergio Torres que es el que trae la campaña más encendida, con la chispa que le caracteriza y que le dará color a la contienda, apuntando a la oficina que ahora ocupa Quirino Ordaz Coppel, exclamó añorante “cada día me acerco más a ti”. Presentó el “Manifiesto por Sinaloa” que contiene 20 puntos a desarrollar en caso de ganar la votación para garantizar el desarrollo de la entidad y su gente, y dijo que trabajará en todos los rubros, pero salud, recesión económica y seguridad serán las prioridades iniciales.

    En síntesis, la jornada de madrugada o aquella que prefirió evitar la trasnochada, como es el caso de la aspirante de Fuerza por México a la Gubernatura que prefirió iniciar su campaña hasta el domingo por la tarde, dejó entrever los proyectos de conducción de Sinaloa que están en juego y por más adormilados que anduvieran los sinaloenses en edad de votar sí pudieron distinguir los peligros u oportunidades que asoman detrás de discursos que no pudieron, ni podrán, constituir nuevas celadas políticas.

    No por quitarle el sueño a los ciudadanos (¿quién inventó eso de iniciar campañas políticas a la medianoche?) les mermaron la capacidad de mantenerse en vigilia los próximos dos meses en los cuales ya no nos volverán a ver la cara. Nunca más. La serenata de promesas fue sólo eso: arrullo que a nadie adormila.

    Reverso
    Contrastes nocturnos

    Por si creían los mazatlecos que en campaña verían a un Luis Guillermo Benítez renovado, basta con que le pongan atención a la reciclada promesa de hacer de Mazatlán la ciudad más importante de Latinoamérica. Bueno ¿y por qué no lo hizo en los casi 20 meses que se desempeñó como Alcalde? Nomás queda preguntarle al ahora candidato del PAS ¿cuándo será un “Químico” normal? Mientras tanto, en Culiacán el morenista Jesús Estrada Ferreiro se atuvo a la sombra del inicio de campaña rochista y el priista Faustino Hernández empezó en su tierra, Laguna de Canachi, fumando la pipa de la paz al llamar a sus oponentes al proselitismo de respeto “pues la gente está cansada del pleito entre los políticos y los partidos; lo que exigen los ciudadanos son soluciones a sus problemas”.

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