Javier Valdez vio venir la narcoguerra
Justicia trunca es impunidad completa
Cómo le hace falta a Sinaloa el repaso de las palabras y la valentía con las cuales Javier Valdez Cárdenas profetizó la guerra que venía y que aun así halla hoy al Gobierno, a la seguridad pública militarizada e igualmente a los ciudadanos, desprevenidos porque desde hace décadas las mil y una fauces del monstruo del narcotráfico comenzaron a devorar cualquier atisbo de civilidad fincada en la prevalencia de la Ley. Con esos mismos colmillos de impunidad la delincuencia engulló la justicia que el Estado mexicano debió darle expedita y completa al periodista.
Javier Valdez fue inmolado en el contexto de una ruptura en al Cártel de Sinaloa, aquella que sucedió entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y los Dámaso López, y la cisma de la que nos alertó ocurre actualmente al pie de la letra, inclusive con la barbarie que él previó y que los sinaloenses no pudimos siquiera imaginar ni quisimos creerla en la enorme capacidad de ruina económica, social y política que traía.
Se trata en la acepción general de asuntos de la justicia impartida a medias. La que no se le ha proveído a Valdez y su familia, que es la misma ausente para la actividad periodística urgida del aliciente del cumplimiento de los artículos sexto y séptimo constitucional en aras de la prensa profundizando en la verdad y comunidades con acceso a contenidos informativos nunca más permeados por el miedo.
La inacción del marco legal obsequiada al supuesto asesino intelectual de Valdez viene a ser el recordatorio puntual de fiscalías y juzgados que nutren la capacidad destructiva del crimen con la lentitud por omisión o complicidad al desahogar las carpetas de investigación o los juicios correspondientes. A ocho años del homicidio que intimidó al periodismo en todo el País, paradójicamente Dámaso López Serrano no ha sido enjuiciado por la acusación de matar al periodista pese a que está bajo la custodia de autoridades de Estados Unidos.
Resulta terrible que el Gobierno de Claudia Sheinbaum, la Fiscalía General de la República y el Poder Judicial Federal fracasen en los procedimientos para la necesaria extradición del “Mini Lic” y que se determine aquí su situación jurídica en lo referente al caso Javier Valdez. Ese contrasentido tanto de la llamada Cuarta Transformación de México como en la vecina Nación del norte que en sus postulados y tratados se declaran guardianes de las libertades y en los hechos obstruyen la aplicación de sanciones cuando son atacadas tales garantías.
La carnicería del narco inscribe con la sangre de inocentes, entre estos más de 30 niños asesinados en Sinaloa, el catálogo de prohibiciones cuya obediencia es de vida o muerte en las coberturas periodísticas. Prohibido mencionar por sus nombres a los jefes de las facciones del CDS en pugna; prohibido adjudicarles a uno u otro bando la crueldad patentizada a diario; prohibido cantar corridos o contar historias en la presente narrativa de la narcoguerra; prohibido sentirse seguro en el solar baldío tomado por hampones. Prohibido inducir en la gente la propuesta de construir la paz sin que antes el Cártel acabe con sus ajustes de cuentas.
Sin embargo, este sí es el tiempo de que vengan en cascada las advertencias y moralejas que Javier Valdez formuló oportunamente, adelantándose al choque al interior del CDS que desde el 9 de septiembre de 2024 deja a diario 5.2 homicidios diarios y 5.7 personas desaparecidas coronando la aciaga acometida del narco entre un catálogo de delitos que lo afectan todo y nos arredran a todos.
No olvidemos al menos la tribulación en que entró la libertad de expresión al eliminar el 15 de mayo de 2017 a uno de sus tenaces practicantes y ahora tal garantía se encuentra en fase terminal al incurrir medios y reporteros en más silencios que denuncias, a sabiendas de que la responsabilidad social de comunicadores y el valor cívico de ciudadanos resultan disminuidos al sentir la sensación del arma asesina puesta en la sien de cada uno.
A Javier Valdez le rinde homenaje la realidad. La puntualidad del aviso sobre la narcoguerra que acechaba en Sinaloa. La intrepidez de ir a las tribunas nacionales e internacionales a hacer la anticipación de la bestialidad en ciernes. Inclusive es tributo la modorra que predijo donde el Gobierno oyó la víspera del trueno y optó por la impunidad estructural dada a los narcos como licencia para devastarlo todo.
El tiempo le da la razón: “esta es una guerra, sí, pero por el control del narco. Pero nosotros lo ciudadanos, ponemos los muertos y los gobiernos de México y Estados Unidos las armas; y ellos, los encumbrados invisibles y agazapados dentro y fuera de los gobiernos, se llevan las ganancias”.
No supimos escucharte ayer,
Que avisabas del narco atroz,
Pero hoy sí nos despierta tu voz,
En nuestra cruel realidad, Javier.
En memoria de Javier Valdez, sus hijos, esposa y el gremio periodístico realizarán mañana viernes en Mazatlán una velada con arte y música en vivo y la proyección del documental “Estado de silencio” que fue realizado por los productores Abril López Carrillo, Diego Luna y Gael García, con la dirección de Santiago Maza. Además habrá un conversatorio con Griselda Triana y América Armenta. El encuentro con la inextinguible presencia de “El Bato” será a las 17:30 horas en Ángel Flores número 922, centro.