La agogé, la educación espartana

BUHEDERA
23/04/2021 04:06

    Siguiendo a los sistemas de educación severa (azteca, romano, germano, vikingo, etc.), en contraste con la educación que nos dieron a nosotros (y no digamos la que ahora está de moda con mis nietos), me encuentro con este otro ejemplo.

    https://historiaeweb.com/2017/05/11/la-agoge-la-educacion-espartana/

    Artículo publicado por Francisco García Campa en la magnífica web Bellumartis Historia Militar.

    “El ejército espartano es uno de los más famosos de la historia. ¿A qué se debía su fama? La causa era su increíble sentido del deber y su disciplina fruto de un sistema educativo sin igual en la historia, la agogé.

    «En otro tiempo advertí que, siendo Esparta una de las ciudades estado menos pobladas, era evidentemente la más poderosa y célebre en la Hélade, y me pregunté cómo pudo ocurrir eso. Pero después que reparé en las costumbres de los espartiatas, ya no me sorprendí por más tiempo.» (Jenofonte, La República de los Lacedemonios)

    La gran Rhetra o constitución espartana redactada por el mítico Licurgo, además de establecer los órganos políticos de la ciudad, establece con claridad un sistema educativo que convierte al ciudadano en un militar a dedicación completa. Desde que nace se encuentra en manos de la comunidad y es esta la que decide que viva y no su familia. Los primeros siete años de su vida (anatrophé) vive bajo la tutela de su madre. Posteriormente se integra en un grupo de su edad (Agelas o leskiai) donde comienza su estricta formación colectiva, y solamente se libran los herederos al trono.

    De los 12 a los 20 años un Paidónomos o profesor personal completaba su formación. Debía saber escribir y leer, música pero sobre todo manejar armas y tácticas de combate. Todo esto en un ambiente de privaciones y bajo la vigilancia de los Eirenes (vigilantes) y Martongorofoi, que con sus látigos castigaban a los jóvenes rebeldes. Hasta las celebraciones religiosas servían para endurecer al alumno. El día de la diosa Artemis Orthia, los jóvenes luchaban por un queso que se encontraba en el altar, llegando a morir (como escribe Plutarco en su obra sobre Licurgo). El objetivo del sistema era hacer grandes guerreros con gran sentido de obediencia, grupo y responsabilidad por su comunidad. Al cumplir los 20 años debían realizar un rito iniciático conocido como la criptia. Debían abandonar la ciudad durante un año viviendo de la caza o de lo que robaban a los Hilotas (en otra entrada explicaré la sociedad espartana: https://www.unprofesor.com/ciencias-sociales/organizacion-social-de-esparta-resumen-4413.html). Al superar esta prueba ya era un espartiata. Se le concedía un lote de tierras o cleros y debía formar parte de una hermandad de guerreros en cuya compañía comía y vivía salvo los periodos que pasaba con su esposa para procrear (de aquí viene la muy divulgada fama de homosexualidad colectiva deliberada). No será sino hasta los 30 años, o sea ya es un veterano curtido, cuando ese individuo se convierte en un Homonoi o ciudadano de pleno derecho”.

    Wikipedia: “Esparta implantó una estricta eugenesia destinada a conseguir ciudadanos sanos y fuertes. Nada más nacer, el niño era examinado por una comisión de ancianos en la Lesjé , para determinar si era hermoso y de constitución robusta. En caso contrario se le llevaba al Apóthetas, una zona barrancosa al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba o abandonaba en una cima (aunque hay historiadores que dicen que este es un mito). Se buscaba eliminar así toda boca improductiva. Si el niño o la niña, superaba la prueba, era confiado a su familia para que lo criase.

    Durante su estancia en el ámbito familiar no se mimaba al niño. Se instruía especialmente a las nodrizas para que lo criaran sin pañales que constriñesen su crecimiento o debilitaran su resistencia al frío y al calor. Al niño pequeño se le prohibía toda clase de melindres, caprichos o rabietas, y debía acostumbrarse a estar solo y a no temer a la oscuridad. Era también costumbre bañarlos con vino, pues existía la creencia de que provocaba convulsiones, haciendo que las naturalezas enfermizas sucumbieran enseguida y robusteciendo, en cambio, las sanas. Las nodrizas espartanas llegaron a gozar de fama en algunas regiones de Grecia. Espartana era, por ejemplo, Amicla, la que crió al ateniense Alcibíades”.