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El libro me llegó por esta vía: “En el archivo anexo encontrarán la copia en pdf del libro ‘Barca de Oro. La vuelta al mundo en un velero mexicano’ que escribió Guillermo Heimpel, amigo de la familia que vive en Mazatlán. Con la autorización del autor, digitalicé el ejemplar del libro que heredé de mi papá, Roberto ‘Beto’ Gorostiza, y lo terminamos como archivo pdf. Posteriormente obtuve la autorización del Sr. Heimpel para publicar su libro en forma digital, siempre y cuando las personas que lo descarguen lo hagan de manera gratuita. Espero que en un futuro próximo quede a disposición de todos en la página web del Club de Yates de Acapulco, A.C. Aparte de ser un archivo histórico, y un relato de una magnífica aventura, el libro tiene una lectura muy entretenida. Al leer el libro, recuerden que relata una travesía cuando solamente existían los sextantes, brújulas, cronómetros (no muy confiables) y velocímetros (también no muy confiables) para determinar la posición de un barco en el mar”. Luis Roberto Gorostiza Nelson, roberto.gorostiza@gmail.com
La nave
La nave en que el paisano Heimpel le dio la vuelta al mundo en 1948-1950 era bastante menor que la nao Victoria de 28 metros de eslora, 7.5 metros de manga y tres mástiles que usó la mancuerna pionera Magallanes-Elcano para acometer esa misma hazaña entre 1519 y 1522 (tripulación: 42 al inicio del viaje, 18 al final). Era una goleta (“buque de velas dispuestas en el palo siguiendo la línea de crujía, de proa a popa, en vez de montadas en vergas transversales, como las velas cuadradas”). La goleta Barca de Oro tenía 18 metros de eslora por 4 de manga, dos mástiles y tan solo cuatro tripulantes.
Algunas pinceladas
Del fascinante texto de Heimpel (demasiado rico para intentar siquiera esbozarlo aquí), extraigo estos párrafos que me llamaron particularmente la atención. Recuerda que son observaciones hechas en 1948:
“La distribución de la religión en estas islas (de los mares del sur) es algo sorprendente. Una isla es fuertemente católica. La isla vecina será protestante y en otra tercera serán mormones, dependiendo generalmente de quiénes fueron los primeros misioneros que llegaron a la isla.” P. 62
“Los nativos están completamente echados a perder, dada la facilidad con que consiguen latas y comida de los cientos de marinos ahí estacionados. Esto ha motivado que se hayan vuelto tan perezosos que casi nadie cultiva sus tierras, al grado de que una isla del tamaño de Tetuila, en la cual se puede producir alimento para toda la población, nos encontramos con la sorpresa de no poder conseguir ni coco, ni plátanos o frutas de ninguna especie. Es tal la flojera de los nativos, que por no trepar a una palmera para bajar sus frutos, nos pidieron algunos de los cocos que traíamos... Además de esto, los nativos son muy insolente…”. Tahití. P. 81.
“La influencia de los misioneros y la civilización han penetrado tanto en las islas de Polinesia, que casi todas las mujeres se cubren los senos… Entre los samoanos está muy popularizado el tatuaje… Los misioneros han tratado de abolir esta práctica y leyes expresas la han prohibido, pero de todos modos todavía se usa mucho.. Esto es, naturalmente muy doloroso y dura días. El joven pasa a veces semanas en cama antes de poder levantarse, y se han dado casos de muerte… Esta costumbre tiende a desparecer, y así será antes de mucho tiempo”. P. 85.
“En la actualidad todos los hindúes han emigrado a Suva, en donde controlan gran parte del comercio, habiendo desalojado por completo a los fijianos, menos ambiciosos y trabajadores que ellos”. P. 102.
“Las olas eran ahora enormes montañas de agua que se erguían amenazadoramente a nuestro alrededor… Como un pedazo de corcho flotaba la barca entre todo el hervidero… Durante seis largos días, con sus respectivas noches, estuvimos batallando contra el ciclón…, hambrientos y empapados...”. P. 148.