La captura de Morena

    Afirma un buen amigo que explicar la selección de candidaturas de Morena a cargos de elección popular para el proceso electoral en curso, no es asunto de politólogos sino más bien de psicólogos, y quizá tenga razón. Resulta difícil entender la reflexión política que determinó lanzar como candidatos a diputados y presidentes municipales, a impresentables personajes que no sólo se han caracterizado por ineficaces y deshonestos gobernantes, sino además, por impopulares. Sobre todo, cuando en el caso sinaloense participaron en el proceso interno de selección, más de 3 mil ciudadanos y militantes, entre los que destacaban fundadores del partido, prestigiosos académicos, populares ciudadanos, experimentadas legisladoras, incuestionables luchadores sociales y políticos de larga y limpia trayectoria.

    Es cierto que ante el abrumador registro de más de 3 mil ciudadanos para poco más de doscientos espacios de participación política que se disputarán en Sinaloa, la selección de cualquier aspirante estaba destinado a la polémica, pero no así al señalamiento de reciclar los peores vicios de la política y de poner en duda con semejantes candidaturas, la regeneración de la vida pública, que se propone llevar a cabo Morena.

    La explicación de lo hasta ahora ocurrido, porque hay que decir que todos los días surge información capaz de desconcertar al más hábil y pragmático político, obedece en buena medida a la debilidad institucional de Morena como partido, que en el caso sinaloense existe sólo administrativamente. Es decir, no existe Morena en Sinaloa, lo cual sugiere la captura del partido por parte de intereses y grupos políticos que desde el centro del país, se disputan adelantadamente el poder presidencial que estará en juego en el ya nada lejano 2024. El tiempo en política es fundamental y quien lo controla tiene mayores posibilidades de ganar. Quienes seleccionaron las candidaturas lo hicieron pensando exclusivamente en mejorar su posición política y la de su grupo, ojo, adentro y afuera de Morena.

    Calcularon que la fuerza de la marca “Morena” y la alta aprobación popular del Presidente López Obrador, es suficiente para mantener la mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y conseguir la mayoría de gubernaturas, ayuntamientos y Congresos locales, a pesar o independientemente del desprestigio del candidato postulado.

    No obstante, si observamos los resultados electorales de 2018 aún con Andrés Manuel en las boletas y con el llamado a votar sin distingo por todos los candidatos de Morena, nos percataremos que las alcaldías, aunque triunfantes, fueron las posiciones menos votadas y muy por debajo de los cargos de senadores, diputados federales y locales, razón por la que no se descarta que la ciudadanía repita el cruzado de votos y castigue la postulación de candidaturas cuestionadas, aunque también, hay que decir, la conformación de la alianza PRI-PAN, ha sido severamente cuestionada por la sociedad, mientras que la postulación de sus candidaturas ha suscitado desconcierto entre la militancia de ambos partidos.

    Pareciera pues, que la oferta política en algunas alcaldías y diputaciones locales, se reducirá a la insatisfacción del electorado, aun con la participación de diez partidos políticos nacionales y uno local, dado que es notorio que el origen político de muchos de los candidatos es el mismo, lo que supone como nunca antes, que se puede ganar la elección y el gobierno, mas no el poder.

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