(Segunda parte)
En los 70’s se promovió la coordinación de las organizaciones de los productores, en su política comercial, consiguiendo el apoyo de la Dirección General de Economía Agrícola para otorgar los permisos de exportación exclusivamente para las organizaciones de productores. Esto era aceptable en el periodo de Echeverría y a los productores les funcionó por varios años, hasta 1981 se hizo evidente que el director de Economía Agrícola empezaba a vender los permisos. Como UNPEG, le reclamamos al director general en una reunión frente a muchos participantes. A los pocos años terminó en la cárcel.
Antes Australia era un importador en pequeña escala de garbanzo mexicano. Hoy, se ha convertido en un gran exportador con producciones del orden de las 600 a 800 mil toneladas, siendo el segundo productor de garbanzo después de la India. Con la India como su principal comprador.
Estados Unidos invierte considerablemente en investigación y desarrollo; ha desarrollado variedades que se adaptan perfectamente para la autoclave y venta en frascos de vidrio con una calidad parecida a la mexicana, aunque con tamaños más pequeños, que se adaptan mejor al frasco, sin dejar grandes espacios entre grano y grano. Estados Unidos ya nos ha quitado el 55 por ciento del consumo en España. Canadá también ha crecido en su producción de garbanzo siendo más competitivo. También Argentina está incursionando en la exportación de garbanzo en los años recientes.
Hoy existe una situación de sobreproducción en tres productos: garbanzo, maíz y frijol. Por falta de más opciones de cultivo.
Las exportaciones de garbanzo han oscilado, como típicamente pasa en los productos agrícolas, pero si se observa la evolución de los precios - aunque con la oscilación normal de 800 a 1,500 dólares tonelada- también se observa una tendencia de precios creciente. ¿No será que falta una estrategia de comercialización que contemple más penetración de mercado, versus la opción de precios más altos? El garbanzo mexicano se considera en el mercado Internacional el “Cadillac” de los garbanzos.
Pero se está perdiendo participación de mercado frente a los competidores internacionales que logran más penetración. Mi apreciación es que estamos abusando. No logramos mayor penetración en el mercado, como Australia, Canadá y Estados Unidos. Además de nuestra falta de investigación y desarrollo.
Pero también nos vamos al otro extremo: Hoy se tiene producción en México de aproximadamente 215 mil toneladas en 2018, que generó un inventario final para dos años de consumo, además de la producción de 2019, de 112 mil toneladas, que simplemente se acumuló a los inventarios existentes en México. Después de la sobreproducción de estos dos años, el precio ha llegado a 850 dólares FOB puerto Mazatlán.
No me he enterado de una organización agrícola que haya hecho un esfuerzo de orientación a los productores. Además de la ausencia de UNPEG que los “pudiera” orientar y que en su último año de operación, por el contrario, les adeudó durante más de un año el valor de la cosecha recibida.
Los ciclos de abundancia y escasez no los podemos evitar. Es inherente a los mercados agrícolas. La participación activa de las organizaciones agrícolas es deseable para orientar a sus productores sobre qué y cuánto producir, pese a la dificultad de agregar todas esas intenciones de siembra. La comercialización de garbanzo implica una operación anual, hay que vender cuando el mercado lo requiera y esperar el ingreso total hasta fin de año.
La UNPEG ha desaparecido, por la falta de responsabilidad de sus dirigentes y el abuso de otros. Ahora no hay organización de productores que defienda sus intereses. Un retroceso importante. Las organizaciones de productores no debían estar ajenas a la comercialización de todos los productos agrícola.
epalaublanco@yahoo.com.mx