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"Opinión"

"La contundencia de la realidad"

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26/04/2019

    Arturo Santamaría Gómez

     
    Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, al igual que un amplio grupo de investigadores y estudiosos del crimen organizado, insisten en una tesis: sólo la regulación de las drogas más importantes podrá contribuir a disminuir sustancialmente los índices de violencia en México.
     
    La propuesta es correcta pero, a corto plazo, políticamente inviable. La resistencia a la legalización de las drogas en amplios sectores de la sociedad mexicana es muy grande y consistente. Ya sea desde un punto de vista, religioso y moral, o médico y sociológico, los sectores conservadores y otros no tanto, encontrarán argumentos para oponerse.
     
    Pero, además, aún regulando en México su producción, venta y consumo, el contexto internacional, sobre todo en la actual relación con Estados Unidos, no ofrece las mejores condiciones para tan sólo proponerlo en el Poder Legislativo.
     
    Se han dado pasos importantes en la legalización del uso médico y lúdico de la mariguana como la iniciativa que presentó Olga Sánchez Cordero y que podría aprobarse el próximo julio, pero no será suficiente. En Guerrero, por ejemplo, los campesinos claman desesperadamente en estos días que les dejen cultivar legalmente la amapola para usos médicos porque su precio ha caído de manera catastrófica en Estados Unidos, debido a que sus consumidores han preferido mudarse a drogas artificiales con efectos similares a la heroína pero mucho más baratas. En este estado sureño del País, el mismo Gobernador ha hecho la propuesta de la legalización del cultivo de la amapola.
     
    Mientras no se legalice la producción, venta y consumo de las drogas más usadas, inevitablemente la violencia continuará, y lo más grave, seguirá creciendo.
     
    Hay mucha gente convencida de que un gobierno eficaz y honesto podrá eliminar a los cárteles de la droga. Al margen de que en México, durante décadas no hemos tenido gobiernos ni honestos ni eficaces, lo cierto es que, disculpen mi pronóstico realista al que algunos llamarán pesimista, ni con la 4T ni con ningún otros gobierno, vamos, ni siquiera una dictadura militar, podrá contenerlos.
     
    Las razones son varias, pero mencionaré tan sólo dos:
     
    Los cárteles más poderosos de México, el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, son dos de las empresas globales de las drogas ilícitas más poderosas del mundo. Su presencia, sobre todo en el caso del sinaloense, se extiende a alrededor de 70 países en los cinco continentes. Las enormes cantidades de capital que generan sus negocios alrededor del mundo les permiten no tan sólo seguirse expandiendo, sino diversificar sus negocios, incluyendo por supuesto los legales, adquirir los armamentos más modernos, comprar mandos y tropas policiales, sobornar y financiar políticos y jueces, silenciar voces, mantener sus ejércitos privados, y lo que a usted se le ocurra.
     
    Lo anterior va acompañado del aumento indeclinable del consumo de drogas en el mundo. Mientras más crece el mercado ilegal de drogas más se fortalecen los cárteles mexicanos. A mayor consumo, más poder del crimen organizado y más violencia.
     
    Y mientras más crece el consumo y el mercado, más competencia vemos. Lo grave de esta competencia es que es violenta. Así pues, el aumento en espiral de la violencia en México tiene una relación directa con el crecimiento del mercado ilícito de drogas tanto dentro como fuera del País. Aunque no es el único factor porque la división de los organizaciones criminales también genera periodos prolongados de disputa y violencia incrementada, tal y como ha sucedido a lo largo del tiempo en gran parte del territorio mexicano.
     
    Esta última tesis nos lleva a interpretar porque en Sinaloa han disminuido las muertes dolosas y otros crímenes: el control casi total que tiene el Cártel de Sinaloa, es decir, su hegemonía y monopolio, reduce la competencia violenta dentro del estado.
     
    El gobierno de Quirino Ordaz tiene su mérito en la paliación de los índices delictivos según nos indica Santiago Roel, pero muy posiblemente el control casi total que tiene el Cártel de Sinaloa sobre las actividades ilícitas ha influido en esa tendencia.
     
    No puede descartarse que meses después de que inicie operaciones la Guardia Nacional  se obtengan algunos avances en la contención de la violencia en el conjunto del País; pero muy probablemente no serán muy significativos. Desearía equivocarme.
     
    Posdata
     

    Tal y como lo está demostrando Morena, crear una nueva clase política dirigente conlleva enormes dificultades y altos costos para su proyecto y el País. Sin embargo, habrá que presionar, criticar y reclamar que hagan mejor las cosas. Si no buscamos un cambio favorable, México no tendrá un buen futuro ni en lo inmediato ni a mediano plazo.

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