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"ÉTHOS"

"La contundencia del ejemplo"

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ÉTHOS
12/05/2017 21:50

    Las palabras convencen y mueven, pero el ejemplo arrastra, dice una certera frase popular. Se pueden emitir millones de discursos para conmover, pero es más elocuente un solo ejemplo para mover. “Dar ejemplo no es la principal forma de influir en los demás; es la única”, dijo Albert Einstein.
    Hay palabras memorables –como las últimas que pronuncia un ser querido-, pero ninguna permanecerá grabada con tanto impacto como las cicatrices que dejan los hechos. “Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos”, advirtió Séneca.
    Es más práctico mostrar un modelo que extenderse en complicadas explicaciones. Cuando se muestra un estilo de vida no tiene sentido demostrar otra cosa. Los actos de la persona son el más nítido lenguaje, no se requieren otros argumentos.
    Una famosa anécdota, extraída de la vida de fray Junípero, recuerda una fundamental enseñanza de Francisco de Asís. “Un día saliendo del Convento, San Francisco encontró a Fray Junípero que era un fraile simple y bueno. Le dijo: “Ven, vamos a predicar”. “Padre mío – respondió el fraile – sabes que tengo poca instrucción, ¿cómo podría yo hablar a la gente?”. Pero como San Francisco insistía, Fray Junípero asintió. Anduvieron por toda la ciudad. Sonrieron a los niños, sobre todo a los más pobres. Intercambiaron algunas palabras con los ancianos. Acariciaron a los enfermos. Ayudaron a una mujer a llevar un jarrón lleno de agua muy pesado. Rezaron en silencio por todos los que trabajaban en los talleres y en las huertas.
    Después de varias horas dijo San Francisco: “Fray Junípero, ya es hora de volver al convento”. “¿Y nuestro sermón?”. Sonriendo le responde San Francisco: “Ya lo hemos hecho”.
    ¿Enseño con palabras o con el ejemplo? ¿Necesito demostrar lo que no muestro?
     
    @rodolfodiazf